15 de mayo de 2008

Personajes planos vs. complejos

Mientras avanzo poco a poco en mis narraciones (que no es una, pues por alguna oscura razón uno logra embarcarse en muchas misiones), me detuve a considerar algunas observaciones que hace un escritor estadounidense sobre la escritura y diseño de los personajes, pues no es la primera vez que dicho tema me hace reflexionar.

En muchos foros de literatura, en particular aquellos que puedo considerar como más "serios", se menciona con frecuencia que los personajes "planos" se convierten en rémora para el avance de la lectura, porque no convencen, o porque no gustan, o porque aburren. También se utilizan los términos "esquemático", "tópico", "convencional" y otros. Muchas veces pensé: ¿qué puede ser esa característica horrorosa que convierte los personajes en figuras de cartón en vez de explotar llenos de vida en la mente del lector?

Después de mucho leer y considerar, parece que la falta de evolución es un defecto. Pero, me pregunté, ¿qué ocurre si es un personaje que no evoluciona? ¿Que se niega a cambiar? ¿Que se mantiene anclado en sus defectos, amarguras y desvelos? ¿O que es un ser lógico, que no ve razones para cambiar en ningún sentido y pocos son los hechos que podrían lograrlo? Después de todo, he conocido personas que a lo largo de años no han cambiado un ápice. Incluso, a veces han empeorado en sus peores defectos.

Pues el escritor de marras no otorgó demasiada importancia al factor "evolución". Más bien, tendió a considerar la verosimilitud del personaje como un aspecto más esencial en la confección que realiza el escritor. ¿Cómo podemos hacer verosímiles a nuestros personajes? Nuestro conferencista responde con una maravillosa lógica: tenemos que poder creer que existen. Que son reales. Que dadas ciertas circunstancias, podríamos toparnos con ellos y podríamos predecir cuál será su comportamiento después de haber leído tanto sobre ellos.

Verosimilitud, lo que nos llevaría a la profundidad. Un personaje verosímil no suele ser "plano". No puede. No es figura de cartón, es un ser vivo con vivencias, dolores y contradicciones. Con destellos de inteligencia y, ¿por qué no?, de estupidez también.

Es un desafío, pero debe ser asumido. :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos,
He llegado hasta aquí de casualidad, aunque creo que podemos tener algo en común. Tal vez SEDICE, pero no lo sé.

Me ha gustado especialmente esta reflexión tuya sobre los personajes. Es algo que yo me he cuestionado varias veces, y supongo, que como en casi todo, no hay una única respuesta
correcta.

Eso de la necesidad de evolución de los personajes me parece correcto. Y necesario. Es algo que se menciona por ejemplo, en todos los manuales de cómo escribir guiones que he ojeado. Tiene que haber un algo, un momento de ruptura, el personaje que concluye con su conflicto no debe, en teoría, ser el mismo que nos empezó a mostrar su historia, su conflicto.

Pero también aciertas al decir: "eh, un momento, en la vida hay miles de personas planas, inmutables, que también tienen derecho a ser personajes". Correcto.

Supongo que como he dicho antes, en la práctica la teoría está para ser
modificada. Podemos escribir sobre alguien plano, que no evoluciona, pero debemos ser conscientes de que nuestro libro, nuestra historia, puede dejar de ser interesante (aunque hay otros muchos elementos compensadores. Creo que hay tramas tan buenas, que pueden ser sostenidas igualmente por Espinete, un detective borracho o una colegiala ninfómana).

Te seguiré las letras, un placer
http://www.generacionblog.es/losamigosdepeterpan

Laura dijo...

Hola, robert
Gracias por la visita :)
Sí, supongo que se puede escribir una interesante historia sobre un personaje plano. Aunque no significa que "plano" sea igual que "estereotipado". Puede que parezca plano, pero no lo sea. Y sin embargo, no evolucione. Habría que ver cuán hábil es el narrador en lograr algo así. ;)