24 de marzo de 2020

Gracias


Está bien aplaudir al personal médico y sanitario que atiende a tantas personas en esta crisis, no solo por el coronavirus, sino también por otras muchas situaciones inevitables. 
Pero debería haber una ola de agradecimiento a todos aquellos que aún hacen posible el funcionamiento de los servicios eléctricos y de agua, los servicios de mensajería y paquetes, el sistema de transporte público y de cargamentos, los agricultores y proveedores de alimentos, los técnicos y reparadores, los empleados bancarios, los policías y bomberos, los trabajadores de las fábricas de artículos necesarios, los trabajadores de supermercados y tiendas de alimentos, los trabajadores de limpieza y recolección de basura, y todos aquellos que al estar al frente de sus puestos permiten que el mundo humano continúe. Son el eje de nuestra civilización: sin ellos ni siquiera los hospitales podrían funcionar y millones de personas en sus casas no podrían ni comer. A todos ellos, mis más profundo agradecimiento.
Asimismo, les doy las gracias a quienes en el mundo del entretenimiento, el arte y el espectáculo, son capaces de brindar alegría, tranquilidad y distracción a la mayoría, pues impiden que la locura se ensañe con la humanidad.