2017 llega a su fin y las puertas hacia el 2018 están abiertas. Una vez más es hora de pensar en cuanto hemos logrado y a la vez, en todo cuanto todavía nos queda por alcanzar. Cierto es que, al menos con respecto al mundo, nos hemos visto rodeados de eventos sorprendentes, algunos inquietantes, que a veces nos ponen a pensar en el futuro con ciertos temores, pero si he de ser sincera, con respecto a ese punto no creo que nos hallemos en una situación realmente apurada. En febrero de 2018 nos tocará a todos los costarricenses una vez más acudir a votar, para elegir a quienes han de representarnos en la Asamblea Legislativa y a quienes lo harán en el Poder Ejecutivo, y aunque muchos hablan en términos sombríos, pienso que existen todavía muchas posibilidades de elegir con racionalidad y esperanza para un futuro bueno. Hay candidatos nuevos y jóvenes, hay gente con ideas frescas: solo es preciso atreverse a cambiar y no resignarse a los discursos cargados de miedo o prevención, sino votar por quienes ofrecen un camino de ideas y posibilidades. Así llegaré yo a las urnas: con la confianza puesta en las posibilidades.
Pero eso es materia del 2018.
En cuanto al 2017, ha sido para mí un año interesante. He proseguido con mis maestrías, una de las cuales estoy más próxima a terminar, y he aprendido mucho en este camino. También he retornado a labores que había ejecutado tiempo atrás y he asumido nuevos retos. Los resultados han sido más que satisfactorios y no puedo estar más inspirada con las nuevas oportunidades que se me han abierto en el campo laboral este año. Confío en que lo mismo (y mejor) sucederá el próximo año y espero descubrir más cosas sobre mí y sobre las materias de mi especialización. Será un año estupendo, puedo sentirlo.
En cuanto a mi mundo como escritora, este año fue un buen año para Señora del tiempo. Tal como comenté en el blog de la novela, durante este año recibí la estupenda noticia de que había sido incluida en la lista de libros recomendados por el MEP para secundaria: ¡un honor que he celebrado con inmensa satisfacción! También durante este año tuve la oportunidad de participar en sesiones de lectura ante públicos nuevos, lo que me brindó nuevas satisfacciones, y también, fue el año en que por primera vez Señora del tiempo experimentó la singular vivencia de la traducción profesional, aunque de forma parcial. Un extracto del resultado pueden palparlo aquí mismo: es la primera parte del prólogo traducido al inglés. Un experimento interesante.
Con respecto a mis nuevos proyectos literarios, el 2018 me deparará nuevas oportunidades, estoy segura. Estoy escribiendo también, otra vez, una nueva novela, y hace poco di punto final a la revisión de otra de ellas, lista para ser revisada por editores. O para seguir otros caminos, el que le sea más conveniente. Estoy satisfecha con este aspecto de mi vida, que tanto me llena, y sé que en el 2018 se verán coronados otros proyectos y finalizados otros más. Más libros en camino, más historias por contar, más literatura por vivir. ¡Un sueño!
¿El año que acaba también me deja sin algunos logros buscados? Como cualquier otro año, por cierto. Algunos proyectos aún no han madurado y fructificado, pero ha sido cuestión de tiempo. A su debido momento, llegaré a ese puerto. Y me siento contenta con ello. No hay que desanimarse si parece que algo se pospone o se suspende, algo que uno ha querido ver coronado: solo hay que darle su tiempo, su ritmo, y de seguro se cumplirá. Así ha sido en el pasado y así será en el futuro próximo.
Espero que sus proyectos también se vean cumplidos, que sus metas se vean alcanzadas y que 2018 los encuentre a todos ustedes con el ánimo en alto y la mente cargada de ideas. Que vivan estas fiestas con alegría y que puedan decirle a la vida una vez más ¡gracias por todo! =) =)
¡FELIZ 2018!