24 de abril de 2010

Sobre leer y escribir...

Pongámonos filosóficos. Pasé un Día del Libro de forma apacible, no exactamente leyendo un "libro nuevo" como pretendía alguna campaña publicitaria, pero sí al menos leyendo uno de los libros que estoy revisando, amén de otros documentos no necesariamente interesantes. Y luego me puse a pensar sobre el famoso "Día". Como en el caso del Día de la Mujer, me pregunté por qué era necesario tener un Día del Libro. No existe un Día del Filme, como no existe un Día del Hombre, pero sí que se ha dado la idea de crear otros Días para celebrar o recordar a alguien en particular, que, es de suponer, ha sido olvidado. Y sí: en el Día de la Madre nos acordamos de las pobres mujeres que nos dieron la vida con un regalo de turno. Igual sucede con el Día del Padre, y lo mismo con el Día del Niño (aunque éste es más un invento de las jugueteras y dulcerías que otra cosa). Y precisamente porque el agua potable está en riesgo, ahora hay un Día del Agua, como también el pasado 22 de abril se celebró el Día de la Tierra, tan necesitada de ser "recordada" en medio de nuestro cambio climático y otros horrores. Y el citado Día de la Mujer será porque la condición de las mujeres en el mundo dista de ser igualitaria o al menos positiva.

Con estos pensamiento, ¿es el Día del Libro una única oportunidad para recordar los libros? Pues pareciera que es así...

En un informe reciente sobre el estado de la educación pública de mi país, se determinó que el mayor problema que afrontamos es que los jóvenes se gradúan de la secundaria con pésimas habilidades para la lectura. Gozamos de un nivel de alfabetización de alrededor de un 97% (aunque quizá haya bajado un poco), pero es apenas básico, pues lo que se demostró era que la comprensión de lectura de los jóvenes era muy pobre y sus capacidades para expresar sus pensamientos por medio de la escritura era peor.

La respuesta de los "expertos" no se hizo esperar. Muchos atribuyeron la causa a la Internet y a los mensajes de texto, pues los jóvenes "destrozan" el idioma en estos medios y rehúyen la lectura por estar pendientes de la red. Otros dijeron que el problema era más profundo, pues también estaba la enorme afición de los chicos a la TV y a los videojuegos. Otros factores como problemas en el programa académico del Ministerio de Educación Pública y las deficiencias de la educación pública en general se unieron a los citados arriba. Al final, todo el mundo concluyó con que "no se lee bastante".

Pues esa es verdad de perogrullo. Todo el mundo sabe que es preciso leer con cierta asiduidad para manejar una ortografía decente y aprender a asimilar los conocimientos y reflexiones que nos ofrecen las ciencias y las filosofías del mundo. Sin embargo, poco después leí un artículo muy interesante en el que se refutaba que la solución fuera tan simple. Después de todo, siempre ha habido mucho mayor número de no-lectores que de lectores (me refiero a la frecuencia con que leen libros) y sin embargo, en el pasado, el nivel general de la ortografía y la expresión escrita era mucho más alto que el de hoy. ¿Cómo era posible?

La articulista citaba estudios científicos entorno a las capacidades del cerebro para desarrollar habilidades específicas, según los cuales se asegura que la zona del cerebro destinada al desarrollo de la lectura es distinta a aquélla donde radica nuestra habilidad para escribir, pues ésta necesitaba de varias zonas cerebrales al mismo tiempo. En otras palabras, resulta que para poder expresarse por medios escritos se requiere de "más cerebro" que para realizar operaciones matemáticas. ¡Y todos preocupados sólo por los cursos de matemática del colegio!

El punto era entonces afirmar que para lograr un mejor desempeño profesional y general de los graduados de la secundaria y de todos los adultos jóvenes en general no bastaba con que se les inculcara el muy saludable hábito de la lectura, sino que era coveniente volver a antiguos métodos de enseñanza donde se conminaba a los estudiantes a memorizar poemas, a realizar ejercicios repetitivos de ortografía y escritura y donde se les solicitaba que realizaran composiciones escritas sobre temas diversas. En otras palabras, métodos "antiguos" (que coinciden con un mejor discurso escrito de los ahora sexagenarios).

Leer, entonces, no es suficiente. Hay que escribir y hacerlo desde niño, para mejorar en general nuestras capacidades cognoscitivas y de comprensión.

¿No debería haber, entonces, un Día del Ensayo? ;)

16 de abril de 2010

Segunda parte de "Sueño profundo"

No fueron dos semanas, ¡qué idea la mía!, sino una, pues ya NGC 3660 publicó la segunda parte de mi relato Sueño profundo, que también es su final. Con esta nueva entrega, el relato sale a la luz y puede ser mirado, criticado y leído a placer por quien sienta curiosidad de hacerlo. Naturalmente, estoy dispuesta a escuchar comentarios entorno a él, aunque no sean positivos, pero entretanto me siento complacida de que haya encontrado el camino para hacerse público.

Sus lecturas serán bienvenidas. ¡Saludos! :)

12 de abril de 2010

Pequeñas novedades

En estos días, en medio de mis ocupaciones habituales y mis revisiones nuevas, he recopilado algunas novedades relacionadas con mis relatos. De las revisiones, pues ni hablo, pues se trata de mis novelas. Sí, estoy revisando una novela para enviarla a un certamen muy conocido del que no pienso comentar nada todavía para no invocar malos augurios (je, se trata de una pequeña superstición que tengo) y estoy revisando otra (¡de nuevo!) para poder subirla a Lulu. Sí, esta última es la tercera parte de la trilogía A Través del Portal, la cual cierra la historia. :)

Con respecto a los relatos, se trata de Flor del crepúsculo y Sueño profundo. El primero fue publicado en la antología Posibles futuros. Cuentos de Ciencia Ficción (EUNED 2009), que salió en diciembre del año pasado y que ha llegado a algunas revistas y blogs esparcidos por la red. Sin embargo, en la mayoría noté que los autores de las reseñas se limitaron a copiar la nota de prensa que formuló un diario matutino de mi país -no muy acertada, por cierto- sin leer los relatos en cuestión. Por esa razón, no me molesté en enlazarlos. Pero esta última -que me fue remitida por uno de mis colegas de antología- es diferente: es obvio que el autor de la reseña leyó la antología y se ocupa de comentar los relatos desde su punto de vista personal. Si alguien quiere leerla, la encontrará en Velero 25, revista online de Ciencia Ficción Peruana, que presenta diversos artículos, reseñas, entrevistas y también publica relatos. El reseñista es Víctor Pretell, quien comentó nuestro libro el 19 de marzo de este año.

En cuanto a Sueño profundo, se trata del relato que quedó finalista del pasado XXI Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción, que organiza anualmente la Universidad del País Vasco en España. Ya entonces comenté muy contenta sobre dicha distinción, pero no significaba que el relato fuera a ser publicado. Pues bien, ahora sí que se puede encontrar en línea. NGC 3660 publicó la primera parte de Sueño profundo el viernes pasado y se encargará de publicar la segunda parte en un par de semanas. Si alguien quiere leer el relato, no más tiene que pulsar en el enlace del portal y voilá! Incluso es posible comentarlo -para bien o para mal-. Claro que yo espero que les guste. ;)

En cuanto tenga otra novedad, pues la cuelgo por aquí. :)