6 de mayo de 2008

El arranque

Cualquiera hubiera podido decir que deberíamos comenzar por el "inicio". Que inicio y arranque puedan ser sinónimos, o tal vez no tanto, aunque el segundo da idea de necesitar más energía que el segundo, al final no importa. Lo que importa es saber por dónde comenzar.

He recordado inicios de libros que me han gustado y he llegado a pensar que muchos de ellos son geniales. Simplemente te ubican, sin necesidad de más palabras. Yo solía enfrascarme en largas explicaciones y a la larga hacían que la acción se demorara mucho en iniciar. O al menos la ubicación dentro del mundo narrado. Por tanto, ahora que me encuentro de frente a un nuevo proyecto, he vuelto a reflexionar sobre los inicios.

"On those cloudy days, Robert Neville was never sure when sunset came..." comienza I am Legend de Richard Matheson. De una vez, te encuentras al protagonista de frente. Y lo ubicas en un pasado de días nublados, que puede referirse estrictamente al clima o tal vez a algo más. "Lyra and her daemon moved through the darkening hall...", dice The Golden Compass de Philip Pullman (libro I de His Dark Materials), en la primera línea del libro. De nuevo te enfrentas al protagonista, te ubican en un espacio definido y te lanzan una interrogante: ¿qué diablos es un daemon?

¿Y qué puedo decir de The Hobbit de J.R.R Tolkien? "In the hole in the ground there lived a hobbit". Protagonista, modo de vida, ubicación. Todo en una simple línea. Y tienes que seguir leyendo.

El escritor, por su parte, una vez soltada aquella frase, se lanza a la acción. Muchas veces no puede parar (hasta tropezar con algún bloqueo, tal vez), otras veces será más pausado, pero habrá comenzado.

¿Cómo iniciar entonces una nueva historia? ¿En la paz, antes de los acontecimientos perturbadores? (Siempre hay acontecimientos perturbadores, o al menos, uno siempre los espera). ¿En medio de los acontecimientos perturbadores? ¿O una vez sentidas sus consecuencias?

Puedo quizá, comenzar así:

"Clara abrió los ojos aquella mañana y vio de pronto que su entorno se le antojaba diferente".

O algo por el estilo.

Me gusta así. :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra interesante reflexión la tuya.
Yo empecé escribiendo relatos, y ahí todo está más claro. Clarísimo. Un relato corto debe empezar con un puñetazo directo a la barbilla del lector (perdón, leo que no te gusta la violencia pero me parece un buen símil). El principio debe ser tan impactante como el final, tiene que agarrar en volandas a la persona que lee y arrastrarla a toda velocidad hacia el final.
Por tanto se impone la necesidad de una frase o párrafo contundente, intrigante o interesante por alguna otra dimensión.

En la novela es diferente, creo.
Personalmente y en la novela que estoy escribiendo, trato de adaptar
capítulo a capítulo esa teoría del relato corto. Todos mis capítulos comienzan con una frase especialemente escogida. Tardo bastante en dar con ella.


Saludos
http://www.generacionblog.es/losamigosdepeterpan

Laura dijo...

:) Y sin embargo, los ejemplos que cité son de novelas. Y hay relatos que comienzan como si nada y de pronto: ¡páf! te toman por sorpresa. Pero, sí, me encantaría tener una frase contundente para iniciar capítulos de importancia. O al menos para cerrarlos. ;)