Este mes de noviembre me dejé envolver por primera vez en la experiencia de NaNoWriMo. No creo que necesite un impulso para escribir 50 mil palabras y completar una novela, pues novelas mucho más largas he terminado antes en relativo poco tiempo, sino porque me crea un ambiente intenso de compañerismo que pocas veces tenemos nosotros los escritores en la soledad (lógica) de nuestra disciplina. De paso, me impulsa, por supuesto, a terminar un proyecto que debo terminar y que con la excusa de la competencia de NaNoWriMo veré concluido por fin.
La competencia es con uno, por supuesto. Pero el deber completar una cuota, de escribir en un tiempo límite un número determinado de palabras, funciona como un aliciente poderoso, pues de alguna manera, uno se ha comprometido "frente al mundo" (o sea, a los demás participantes) que tiene la voluntad y la seriedad para llevar a término un proyecto que se supone le es apreciado.
Entonces, poco nos veremos durante este tiempo, pues como comprenderán, debo seguir escribiendo. ;)
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