El otro día leí de nuevo la clásica discusión de si uno debería escribir sólo por amor al arte o si estaba bien, desde el punto de vista moral, esperar ser retribuido económicamente por dicha disciplina. Obviamente afecta a los escritores de literatura, pues lo único escrito que es arte es precisamente la literatura. Los demás, libros técnicos, de divulgación científica, de opinión política, etc., no pueden ser considerados dentro de este debate, pues es obvio que se trata actividades suplementarias a la actividad principal, cualquiera que sea (el desarrollo de una investigación, la aplicación de un plan de enseñanza, etc.). Son las obras literarias las que se enmarcan entre las artes y son las que podrían generar dicho debate.
Para mí no hay tal. Tú sigues una pasión. ¿Te gusta, te envuelve, te enriquece la escritura literaria? Adelante, pues. Desarróllala. ¿Vas a compartirla con otros? Bueno, hay dos maneras: escribiendo para divulgación gratuita (regalando, pues, lo que has hecho) o recurrir a la industria editorial. ¿Si cobro dejo de ser un artista y me convierto en un mercenario? ¡Vaya! ¿Y por qué? Si un médico socorre a un enfermo o a un herido, ¿es un mercenario por cobrarle después? Si un abogado salva a un hombre de dar con sus huesos en la cárcel, ¿es un mercenario después? Si un panadero, que posiblemente disfruta haciendo panes, pone sus panes a la venta, ¿es un mercenario? No creo que ninguno de tales supuestos puedan describirse como oficios mercenarios. Entonces, si un pintor pinta un cuadro magnífico y lo quiere vender, ¿quién lo califica de mercenario? Nadie. Y sin embargo, no deja de ser artista. Entonces, ¿por qué es obligatorio que un escritor de literatura se vea en la obligación "moral" de regalar libremente lo que tanto le ha costado -y que posiblemente ni siquiera ha sido gratuito, pues ha pagado por impresión, o por el papel, o qué sé yo- ?
Pienso que hay que saber separar la codicia del saludable reconocimiento remunerado de un oficio bien llevado. Una cosa es que un escritor dé rienda suelta a su vocación y escriba una obra que luego presente a una editorial, con la ilusión de verla difundida y leída por otros, a cambio de lo cual recibirá un reconocimiento remunerado (que esperamos sea justo); y otra muy diferente es que escriba lo que sea que le pidan sólo para ganar más dinero, sin importarle lo que esté haciendo en realidad. La segunda conducta, me parece, equivale a un comportamiento codicioso, no auténtico.
Así que, en lo que a mí respecta, basta de debates. Ningún artista condena su alma por intentar vivir decentemente de su pasión, llevada por él con autenticidad.
2 comentarios:
Coincido con buena parte de tu análisis (bueno con casi todo).
Para mé esta claro que escribir por dinero no es malo, el ejemplo que pones del médico lo deja más que claro; pero creo que el problema que se plantea hoy en día es más bien el contrario: existe la percepción muy extendida de que si no escribes por dinero, y no tienes novelas publicadas por editoriales no eres un escritor de verdad. Triste, pero cierto.
Un saludo,
Pedro.
Hola, Pedro
Pues sí, eso último que dijiste también es verdad. Alguien dijo en un foro, ya no recuerdo cuál, que lo único que hace profesional a un autor es el cheque que le giran por sus ventas. Por supuesto, para ser profesional se requiere mucho más que eso. Y no sólo en el mundo literario, vamos. Si eres plomero y te pagan por un trabajo, pero lo hiciste mal o te presentaste tarde o demuestras falta de conocimientos lamentable, pues podrás ser pagado pero profesional no eres. Igual ocurre con los escritores.
Ahora bien, mi punto se refería no ya a los escritores "profesionales", que no necesariamente serán literarios. Me refería, partiendo del hecho de que eres profesional (es decir, conoces tus herramientas, las utilizas bien y con responsabilidad, y eres puntual con tus trabajos), ¿lo haces por el arte o por recibir la paga? Y lo que digo es: no es incompatible. Se puede ser artístico y cobrar al mismo tiempo sin cubrise de vergüenza... :)
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