30 de diciembre de 2009

Balance anual

Todo el mundo se ha dedicado esta semana a la entretenida tarea de fabricar listas: lo mejor del año en el cine, lo mejor del año en la literatura, en la música, en las artes plásticas, los peores eventos, los más recordados, los personajes más destacados -sea por buenas o malas razones-, etc. Es una especie de deporte y ¿por qué?, una satisfacción inevitable de la manía clasificadora y autocontemplativa de nuestra especie.

Dentro de este ambiente, ¿por qué no habría de hacer yo misma mi propia labor autocontemplativa? Después de todo, ya que me encuentro en el plan de alcanzar algún puesto entre el firmamento de escritores consagrados de las letras hispánicas, no estaría de más realizar la faena autocrítica al respecto. Y he aquí los resultados:

En cuanto a producción literaria... buee... Digamos que estuve poco prolífica. No fue uno de esos años en que logro terminar una novela nueva, o en que consigo alcanzar un buen número de relatos. Sin embargo, no diré que estoy insatisfecha.

Comencemos con los relatos. Fue más bien un años modesto: 12 relatos escritos durante este año, debidamente concluidos, y que yo considerara dignos de ser sometidos a la lectura ajena (escribí unos cinco más que no consiguieron semejante distinción y que no han sido eliminados sólo porque pueden servir de base a historias enteramente distintas). ¡Doce! De ellos, cuatro están aún presentados a un certamen literario, por lo que desconozco si podré considerarlos éxito o fracaso, otro más consiguió la distinción de finalista en el XXI Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción (Sueño Profundo) -lo cual es motivo de orgullo para mí, claro está-, y los demás... pues nada. Uno de ellos (que me gustó mucho) no logró hacerse un hueco en el Premio Domingo Santos 2009, y otro más apenas alcanzó el puesto no. 18 del Certamen Tierra de Leyendas VIII (Fantasías Controladas), por lo que no lo consignaremos como un verdadero triunfo. Fuera de los presentados a concursos, hay otro más que escribí expresamente para una antología creada por un grupo de autores de Sedice.com, la cual aún se encuentra en fase de producción. Este cuento, por tanto, es aún un éxito.

¿Novelas? Una de ciencia ficción, de corta extensión: 106 páginas, menos de treinta y seis mil palabras. Me sentí orgullosa de ella, pues abordé un tema poco familiar para mí, como es la estructura del cerebro, que al mismo tiempo me encanta y por el cual aprendí mucha información interesante durante mi proceso de documentación. La envié al Premio UPC 2009, pero no tuvo suerte. Ya consideraré otro destino para ella.

Aparte de dicha novela corta, inicié el viaje de una novela larga de ciencia ficción y fantasía que me está entusiasmando mucho, con la que he reunido una gran cantidad de documentación que aún debo escrutinizar exhaustivamente, y con la que de seguro pasaré ocupada el año próximo. Le tengo muchas esperanzas, pero aún está en pañales, así que no puedo considerarla como un "logro" del año 2009.

¿Revisiones? Realicé un dramático proceso de revisión de A Través del Portal volumen III, que será la tercera entrega y final de mi trilogía de fantasía, y que sólo lo dejó listo para un segundo e intensivo proceso revisionista, el cual acabo de iniciar justo esta semana. De manera que tampoco será un "logro" del 2009.

¿Publicaciones? Bueno, pues este rubro ha resultado ser uno de los más satisfactorios. Durante este año, si bien no publiqué la tercera parte de la trilogía mencionada, sí alcancé a ser incluida en sendas publicaciones en papel, tanto en España como en mi país, Costa Rica. En el primer caso, fue gracias a la inclusión de mi relato Por siempre otro en la antología Fabricantes de Sueños 2008 (AEFCFT), cuya publicación se dio en meses recientes. El segundo caso corresponde a la publicación de Posibles futuros: cuentos de ciencia ficción (EUNED), antología de seis relatos escritos por sendos autores costarricenses, incluyéndome. Este rubro alcanzó, pues, una alta cuota de satisfacción.

Con respecto a otras formas de escritura, debo añadir la creación de mi blog My own English adventure, que aunque no he logrado actualizar a menudo marca mi incursión en la escritura en otros idiomas, además de mi aporte a la lengua española en el blog Español, que confecciono en colaboración con el portal Orbislingua.com.

Este es mi año 2009. ¿Qué lograré alcanzar en el 2010? Lo ignoro, pero mis expectativas son altas y mantengo ilusiones de superar lo hecho hasta aquí y aún de acercarme más a mi objetivo de consagración como autora establecida. Ya veremos. ;)

Por ahora, sólo me resta añadir:

¡FELIZ AÑO NUEVO 2010!

26 de diciembre de 2009

Reflexiones entorno al público-objetivo (II)

Después de pasar una Navidad tranquila y disfrutar de la compañía de mi familia, seguí pensando en el tema que inicié hace una semana y pico sobre el público/objetivo. Y hoy me encontré con otro interesante artículo que atisbó tangencialmente en el tema, de manera particular pensando en una audiencia femenina.

Vamos a ver: ¿cuál es mi objetivo al escribir una historia? En primer lugar, tan simple como contarla. No es tarea tan fácil como pudiera pensarse: desde estructurar un argumento coherente hasta delimitar con cuidado quién es quién y por qué actúa como lo hace, llevando de por medio la tarea de documentarse en aquellos conocimientos que nos faltan pero nos son necesarios, la faena es monumental. ¿Que si es cansado? Sí, claro, pero es divertido. Bueno, al menos para nosotros los escritores, resulta muy satisfactorio dar forma a la historia que llevamos rumiando por algún tiempo y constatar que el final es legible.

En segundo lugar, ¡que alguien la lea! Son pocos los escritores apasionados por sus historias que las escriben sólo para sus propios ojos. La inmensa mayoría de nosotros aspiramos de forma secreta o pública a que nuestros escritos caigan en manos de los lectores. Y éstos serán, en última instancia, quienes nos provean del veredicto final: ¿lo hicimos bien o no?

Ahora bien, no todos los lectores son iguales. Ni todas las historias lo son. De ahí el problema de saber en qué clase de lector pensamos cuando narramos. Es nuestro "usuario" más importante. Si la historia no lo atrae, no lo seduce, estamos "fritos". Esta idea resulta tan obvia y es tan común que parece sorprendente el que algunos escritores le dediquen tantas reflexiones, pero es que a pesar de su obviedad, muchos escritores la ignoran. En cambio, en otros ámbitos de la actividad humana, se la tiene muy en cuenta: el lector se llama cliente o "usuario". Por ejemplo, pensemos en los productos de alta tecnología. Siempre se ha supuesto que las maquinitas son un gancho poderoso para el público masculino. ¿Quiénes compran computadoras, blackberries, IPods o Wii? Los hombres, claro. Ah, pero... un momento. De un tiempo para acá, la publicidad es global: cada producto viene con aditamentos diferenciados por sexo, desde el color hasta el tipo de programación. Así las cosas, si tenemos la clásica laptop gris o negra, también las hay fucsia, rosadas o verdes limón. Tenemos Nintendos DS en colores malva o rosa. Tenemos juegos programados para Wii para que las damas hagan sus ejercicios. Etc. No se han olvidado de los hombres. Lo que han hecho ha sido incluir a las mujeres dentro de un mercado donde antes nunca estuvieron.

Y es que nosotras hemos cambiado. Nos hemos convertido en sujetos independientes con capacidad de compra y con gustos definidos. En materia de literatura, si bien nos gustan (estadísticamente) las novelas románticas, también hemos ampliado nuestros intereses a toda suerte de literaturas, desde la novela histórica o la fantasía épica hasta la más dura ciencia ficción. Leemos de todo, pero no de igual manera que nuestros pares masculinos.

Y allí es cuando es interesante definir qué busca cada quién y para quiénes estamos escribiendo nuestra historia. Se ha dicho por ejemplo que las lectoras suelen privilegiar el argumento, las interacciones entre los personajes y los eventos por medio de los cuales éstos se mezclan, por encima de las ideas filosóficas o científicas que sirven de tesis. No es que no apreciemos las ideas, pero necesitamos un argumento interesante y unos personajes que nos atraigan para que nos decidamos a leer el libro. Alguien me dirá: ¿pero no busca eso cualquier lector, hombre o mujer? Bueno, quizá no. Se sabe que los hombres se interesan mucho por las tesis políticas o ideológicas, la descripción de aparatos o por el sexo explícito, mientras que las mujeres se interesan por los personajes y sus historias personales, sus avatares y conflictos y el erotismo. ¿Se pueden mezclar ambos intereses?

Pienso que sí. He ahí el arte. ¿Eres capaz de narrar una historia intersante, con personajes carismáticos mientras sostienes una idea o tesis o describes un mundo tecnológico novedoso o diseñas un personaje masculino capaz de inspirar a sus congéneres en el mundo real? Es un desafío, del que estoy segura cualquier escritor que logre superarlo se beneficiará con creces. ;)

23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

No estoy segura, pero supongo que en estos días no tendré ocasión de pasarme por aquí, así que:

¡FELIZ NAVIDAD!

16 de diciembre de 2009

Reflexiones entorno al público-objetivo...

Hace unos días me entretuve en un interesante intercambio de razones entre varios escritores, editores, libreros y lectores de ciencia ficción, mayoritariamente británicos, originado en un mensaje cuyo título ostentaba: "¿Por qué la ciencia ficción está muriendo y la fantasía es el futuro?" El autor del mensaje, escritor británico de fantasía, exponía sus razones y a raíz de ellas recibió una larga lista de observaciones, tanto a favor como en contra de sus argumentos (si leen el mensaje, lean también los comentarios ¡son interesantísimos!), de tal manera que aún escribió una segunda entrega: "¿Por qué la ciencia ficción está muriendo?: El mensaje de seguimiento (En el que el autor se defiende)" y hasta una tercera "Después de la partida". (Igual: lean los comentarios, valen la pena).

No creo que la ciencia ficción esté muriendo ni mucho menos. Se ha pronosticado su muerte desde hace medio siglo cuando menos y aún parece rezumar vitalidad y prolongada permanencia, pero no es de eso de lo que pensaba charlar hoy, sino de algo que surgió en la mencionada discusión -intelectual- de arriba. El autor, Marc C. Newton, aducía entre sus razones que "es un hecho demostrado que las mujeres leen más que los hombres", y como se sabe que ellas no leen o no suelen leer ciencia ficción, y se inclinan por la fantasía cuando de géneros fantásticos se trata, es lógico ver cómo la primera se muere. La preocupación estaba entonces en por qué menos hombres están leyendo y si habría una posibilidad de revertir dicho proceso, o cómo podría la ciencia ficción atraer al público femenino.

No creo, y lo dije, que la ciencia ficción esté "muriendo", y menos por culpa de un público femenino ausente. Nunca requirió de ese público, lo que significa que nunca fue un factor, por tanto, que las mujeres leamos o no ciencia ficción no tiene por qué incidir en su desempeño comercial. Sin embargo, me puso a pensar por qué las mujeres, en efecto, leen poca ciencia ficción. ¿Porque la ciencia no es para nosotras? ¿Porque somos un público lector que requiere lecturas "fáciles" -como alguien por ahí se atrevió a sugerir- y la ciencia ficción -la literaria- no es definitivamente una lectura fácil? ¿Porque las historias de ciencia ficción están llenas de máquinas y nosotras preferimos las personas?

Pensar que la ciencia no "es" para las mujeres es un prejuicio misógino muy arraigado, pero erróneo. La ciencia puede ser desarrollada tanto por hombres como por mujeres, y cuando ellas disfrutan de las mismas oportunidades de acceso a la información y al financiamiento, suele haber un número equitativo de científicas con respecto a científicos. ¿En cuáles ciencias se desenvuelven mejor? Lo ignoro, y no creo que sirva mucho un estudio estadístico si no se toma en cuenta factores culturales (como por ejemplo, aquel prejuicio de que la antropología es una ciencia "femenina" mientras que la física es "masculina", lo cual es absurdo, pero puede influir a la hora en que una chica escoja sus estudios científicos).

¿Lectura "fácil"? Un momento, ¿acaso siguen pensando algunos que somos tontas y que necesitamos todo "masticado" para poder ingerirlo? Naturalmente, este argumento es ridículo. Las mujeres, como grupo, no "necesitamos" lecturas fáciles. Otra cosa es que una masa importante de lectores -hombres o mujeres- criados con la TV estén requiriendo en este momento de lecturas "fáciles" y que por ende se les haga difícil digerir las espesas obras de la ciencia ficción que suelen resultar tan desafiantes a nivel intelectual. Ese sí podría ser un factor. Sin embargo, es falso que la fantasía sea una literatura "fácil". Quien me diga que es porque la fantasía está llena de lecturitas masivas sin mucha sustancia es porque ignora que todos los géneros, sin distinción, cuentan entre sus títulos con una larga lista de títulos "fáciles". La fantasía dispone de una amplia variedad de obras, ricas en ideas y en desarrollo estético, que no pueden ser consideradas "fáciles". Sí es admisible que como entrada, es más sencillo adaptarse a la idea de un mago que a la idea de un desarrollo teórico de la física cuántica como base para una historia, no porque la historia del mago carezca de profundidad, sino porque resulta una figura harto conocida en la historia de la literatura (y la cultura) universal, mientras que la física cuántica dispone de un desarrollo histórico muy reciente y reservado a pocos estudiosos, relativamente.

Considerando estos pensamientos, no creo que las mujeres lean más o menos ciencia ficción por esas razones, sino más bien por la última: el tipo de historia a la que se enfrentan. Aquí caemos entorno a un asunto importante para nosotros los escritores, escribamos en el género que escribamos: ¿cuál es nuestro público-meta y cómo se comporta? ¿Estamos conscientes que podemos transgredir los gustos de un público específico o podemos más bien atraer otros públicos por la manera en que desarrollamos nuestras historias? No resulta ser un pensamiento tan banal. Ya no hablemos de ciencia ficción, sino de literatura en general: ¿por qué los hombres leen más de un tipo de historias que de otro? ¿Por qué las mujeres hacen lo mismo? Si ellas son el principal rubro lector y nos interesara atraerlo, ¿qué deberíamos escribir? o mejor: ¿cómo? ¿Deberíamos dedicarnos sólo a ciertos géneros si queremos atraer ciertos públicos?

Descartando el público infantil, ¿qué puedo considerar para mi libro?

Lo continuaré la próxima vez. ;)

9 de diciembre de 2009

Revistas y un certificado inesperado

En este mes de diciembre nos vimos sorprendidos por la aparición de dos publicaciones periódicas que están mostrando vitalidad y que pueden perfectamente perdurar mucho tiempo, en especial si mantienen tan buena calidad y si nosotros, los lectores, les somos fieles :) Me refiero a dos revistas cuyos números de nov-dic acaban de salir en la red y están listas para ser descargadas y leídas por todos nosotros.

La primera que descargué yo misma es el número 2 de Imaginarios (si hacen click en el nombre, podrán descargarla directamente), una revista interesantísima, destinada a un amplio público lector especialmente interesado en la literatura fantástica y también en otros segmentos del fantástico como son los juegos y el cine y la televisión. Este nuevo número viene con una sugestiva portada de ambiente helénico, muy elegante y a tono con algunos artículos incluidos, y con secciones de gran interés que estoy segura muchos pueden disfrutar. En particular, leí un artículo muy interesante relacionado con el tratamiento del sexo en la literatura fantástica y también otro sobre Homero y la Ilíada, obra del escritor Javier Negrete. También hay una muestra de numerosos títulos que han salido o están por salir en el mercado editorial del fantástico. ¡No se la pierdan!

La segunda es Ágora, papeles de arte gramático (si hacen click en el nombre, podrán descargarla directamente), en su número de diciembre. Esta publicación también sale en papel, pero en un interés por llegar a más lectores, está disponible para su descarga en formato pdf. Incluye entrevistas, artículos de variada temática, reseñas de libros, colección poética, relatos y todo un abanico de presentaciones ligadas a la literatura. Sé que ha tenido un notable éxito por el número de descargas logradas a solo días de su publicación, lo que me alegra, porque confiere energía adicional para que siga publicándose y dando a conocer viejos y nuevos valores de la literatura de nuestros días. Yo ya me la descargué y estoy comenzando a leer algunos de sus artículos. Tampoco se la pierdan. ;)

Finalmente, y ya como nota de puro autobombo, me llevé una sorpresa muy agradable. Hace un par de días recibí por correo el comunicado oficial del jurado de la organización del XXI Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción en el que se acredita que mi relato Sueño profundo resultó finalista. Junto con el comunicado venía un certificado original. Mírenlo aquí:


¿No es estupendo? La vida está llena de sorpresas. ¡Y ésta resultó muy agradable! :)

5 de diciembre de 2009

Otra alegría: Posibles futuros

¡Pues estoy de plácemes otra vez! El 3 de diciembre pasado, en un acto solemne (muy agradable, de verdad) la editorial de la Universidad Estatal a Distancia, o sea, la EUNED, entregó oficialmente los títulos que publica este año. Entre una larga lista de obras de variada naturaleza, desde textos universitarios, hasta colecciones de obras literarias para adultos y para niños, se encontraba una colección de cuentos de ciencia ficción de la que soy partícipe, la única del género que se presentó, por cierto. Se llama Posibles futuros: Cuentos de ciencia ficción y está compuesta por seis cuentos, escritos por seis autores costarricenses, ¡en cuenta yo!

Resulta que hace unos dos años, dos autores (Iván Molina y Antonio Chamu) y yo nos encontramos en una agradable tertulia para charlar sobre la ciencia ficción en general y sobre el estado de dicho género en particular en Costa Rica. Los lectores que participaron en la tertulia con nosotros no tenían idea de qué era exactamente la ciencia ficción (la confundían con "cosas de magos") y, por supuesto, no suponían que en mi pequeño país hubiera gente que la escribiera. En realidad, no hay muchos autores en dicho género, pero los hay. Y de eso se trató la tertulia.

A raíz de tal evento, Iván, Antonio y yo discutimos la posibilidad de organizar una colección de cuentos entre nosotros, lo que llevó al primero a contactar a otros autores que él conocía y que nos pusiéramos a escribir a principios del año siguiente -la tertulia fue en diciembre-. Los otros autores fueron Laura Casasa -quien hacía su primera incursión en la ciencia ficción-, David Díaz -ídem- y Jessica Clark -que ya había publicado la primera parte de una serie de ciencia ficción llamada Telémaco-. Gracias a las maravillas de la internet y el correo electrónico, nos fue fácil enviarnos los cuentos, leerlos, revisarlos, comentarlos, hasta tenerlos completos. Luego, el profesor de Estudios Hispánicos Juan C. Toledano, del Lewis & Clark College de Oregon, leyó los cuentos y tuvo la gentileza de escribir para la colección una presentación magnífica. El resultado fue presentado a las editoriales nacionales, de las cuales, la EUNED (la mayor de Centroamérica, por cierto) nos dio el visto bueno.

¡Y aquí estamos! Los seis cuentos tratan realidades especulativas desde perspectivas diferentes: desde una sugestiva mirada hacia los viajes en el tiempo con un estilo costumbrista, como es el cuento de David Díaz (La tropa), hasta una mirada a un futuro distante y extraño, como son los cuentos de Laura Casasa (Los túneles de la memoria) y de Antonio Chamu (La onceava generación), desde el distanciamiento social de una Costa Rica del siglo XXII con respecto al XX del cuento de Iván Molina (Sputnik) hasta las consecuencias posibles del cambio climático que exploramos Jessica Clark (Frente frío) y yo (Flor del crepúsculo). Es decir, para gustos variados.

Encantada de la vida, puedo anunciarles a todos los ticos que pueden encontrar este libro en las principales librerías del país, en cuenta las de la propia universidad, a partir de la próxima semana. ;) (Y quienes me leen desde fuera de Costa Rica pueden contactar a la editorial o a mí y nos arreglamos para hacérselos llegar ¡por supuesto!)