24 de diciembre de 2015

14 de diciembre de 2015

Más lecturas...


El pasado 11 de diciembre vio la luz una nueva colección de relatos de ciencia ficción bajo los auspicios de la EUNED. Esta se titula Te voy a recordar. Relatos de ciencia ficción. Son ocho cuentos, escritos por cuatro autores hombres y cuatro autoras, que de una u otra forma juegan con las nociones del tiempo y del recuerdo, desde enfoques muy distintos, pero siempre enraizados en la ciencia ficción.

Algunos de los autores ya habían participado en las otras antologías de la EUNED dedicadas a la ciencia ficción (Posibles futuros; Objeto no Identificado y Lunas en vez de sombras), como es el caso de Iván Molina Jiménez, Daniel Garro Sánchez, Daniel González Chaves, Jessica Clark, Anacristina Rossi y yo misma. Los otros, Uriel Quesada y María Pérez-Yglesias, si bien es la primera vez que contribuyen con historias propias en esta estupenda serie, son auténticos veteranos de las letras costarricenses, como fácilmente se comprueba con sólo revisar sus currículos.

Mi cuento se titula "Círculo perfecto", sobre una extraña relación entre una investigadora física y un mensaje de celular, mientras que los otros cuentos son: "Pronóstico de tiempo" (Clark; sobre un peculiar meteorólogo que no solo pronostica el tiempo atmosférico sino también mantiene una estrecha relación con el tiempo cronológico); "Te voy a recordar" (Garro; sobre la obsesión de un hombre con sus recuerdos más amados); "Los turistas siempre fastidian" (González; un relato con sabor humorístico sobre un misterioso hostal en plena montaña); "Un joven demonio entre las sombras" (Molina; intensa trama política del futuro); "Hacker y el expediente CLO-B=X" (Pérez-Yglesias; de cómo la clonación in vitro y la producción de programas virtuales pueden mezclarse y desolar un alma solitaria); "La máquina de la memoria" (Quesada; la retorcida relación entre un psiquiatra y su futuro) y "La incompleta" (Rossi; drama futurista donde la humanidad ha cedido el paso a los mutantes).

La ciencia ficción sigue su viaje de consolidación entre las letras costarricenses. =)

7 de diciembre de 2015

Vientos de diciembre...

... siempre frescos, siempre especiales. En estas fechas, nos damos la oportunidad de pensar en regalos, placeres y el futuro con una sonrisa, y nada nos acompaña mejor que un libro. =)


6 de octubre de 2015

Recuerdos del conversatorio sobre futurismo (Feria del libro 2015)

En una tarde agradable, acompañados por un público atento, Luis Chacón y yo charlamos sobre nuestras respectivas visiones del futuro, en particular sobre el de Costa Rica, y comentamos cómo las habíamos plasmado en nuestras novelas (Señora del tiempo y Ciudad radiante). Disfruté mucho el momento: =)



23 de septiembre de 2015

Inclusión en el directorio REMES

Les cuento que he sido incluida en la Red Mundial de Escritores en Español, un espacio para hallar información sobre los miles de escritores que trabajamos con nuestra preciosa lengua y que nos esparcimos por el mundo. Ahí pueden encontrar información de otros autores, sus publicaciones, actividades y sitios donde se los puede hallar. =)

22 de septiembre de 2015

Conversatorio hoy en la Feria del Libro

 Hoy la Feria Internacional del Libro de Costa Rica edición 2015 continúa con un gran número de actividades y su amplia oferta librera, desde temprano en la mañana hasta la noche. En este sentido, esta tarde, a las 4 p.m., Uruk Editores organiza el Conversatorio "Mujeres en la literatura costarricense" con mi participación y el de otras tres reconocidas escritoras costarricenses, a saber, Alma Aguilar, Laura Casasa y Arabella Salaverry. El evento tendrá lugar en el segundo piso de la Casa del Cuño. Es de entrada gratuita y abierta al público en general. ¡No se lo pierdan! Estará muy interesante. Después, más tarde, estaré en el stand de Uruk firmando libros y recibiendo a los lectores que quieran charlar conmigo. =)

19 de septiembre de 2015

Razones para descalificar una novela que no son realmente objetivas

Siguiendo con la entrada anterior, en la que comenté un poco sobre cierta falta de honestidad de los críticos literarios, o de quienes se presentan como tales, particularmente en reseñas en Internet, ahora les comento algunas razones que he encontrado en sus comentarios que lejos de ser objetivas, más bien parecen esconder los gustos personales del reseñador en cuestión. Y si no, juzguen ustedes:

1. No creo en la propuesta temática fundamental de la novela. En otras palabras, este punto se refiere a situaciones increíbles, como cuando un crítico o reseñador toma una novela de fantasía y declara de buenas a primeras que "no cree en la magia", para luego criticar negativamente la novela en cuestión aduciendo que le parece inverosímil que haya brujos en ella. ¿Pueden imaginar lo que significa que uno lea una historia fantástica, donde la magia aparecerá bajo una u otra forma en cualquier momento, y que le critique ese rasgo porque “no cree en la magia”? Es tan absurdo como tomar una novela histórica sobre la Guerra de Secesión, por ejemplo, y declarar que no cree en la existencia real del general Grant o del general Lee. O tomar una novela negra y ostentar la premisa de no creer en la existencia de las mafias. ¿Qué clase de crítica es esta? ¿No debería primero ubicarse ideológicamente antes de siquiera pensar en reseñar un libro cuyo género temático le es ajeno o poco creíble? Si El Hobbit comienza, por ejemplo, con una criatura imaginaria viviendo en un agujero, ¡no podrías luego aducir que es que no crees en las criaturas imaginarias para descalificar el libro!

Muy distinto sería que hablara de la coherencia interna de la historia o de la consecuencia de una parte del argumento con otra. Por ejemplo, si la novela de fantasía explora un mundo donde se establece como premisa inicial que los magos sólo pueden realizar actos de magia durante la noche, y de pronto, el crítico se tropieza con un capítulo donde un hechicero transforma a alguien en cucaracha a plena luz del día, entonces podríamos comprender su observación negativa. No se trata de “creer en la magia” o no, se trata de señalar que hay una incoherencia fundamental en el mundo narrativo mismo. Eso sería una crítica objetiva real.

2. La novela no contiene elementos de denuncia social, o de crítica política, o de romance, o de erotismo, etc., o le faltan naves espaciales, o le falta una historia de amor, o le faltan robots, etc.  En otras palabras, la novela no incorpora, en su tratamiento temático, algunos elementos que son del gusto personal del crítico. Este tipo de razones es en realidad una variante del punto anterior, pero suelen estar mejor expuestas, porque los reseñadores saben disfrazarlas con un discurso muy sesudo sobre lo que la literatura “debería” incorporar siempre o sobre cuál es su “función social”, entonces, convierten en defecto de la obra la ausencia de un elemento que ellos en lo personal están buscando. Piensen, por ejemplo, si alguien se molesta porque Guerra y paz no contiene elementos eróticos (!).


Naturalmente, esto es absurdo. La literatura es muy amplia como para que deba ser restringida en cuanto a sus componentes temáticos. Si una historia no toca el tema de las desigualdades sociales, no deberá tachárselo como si fuese un grave defecto, a menos que su propio planteamiento lo hubiera pedido. Por ejemplo, si el reseñador en cuestión lee una novela erótica y no encuentra denuncia social, lo único que cabe aconsejarle es que cambie de libro, porque ese no es para él. Pero, si lo que el reseñador está leyendo es una novela política donde se trata el tema de una revolución y falla al mencionar dicho tema, podemos suponer entonces que sí es un defecto de argumento o estructura y no un asunto de gusto personal del crítico. Igual sucede si lo que el reseñador está buscando es erotismo. Es fácil esperarlo en una novela erótica (por algo se la califica así). Si el reseñador no encuentra erotismo en una novela erótica, ¡su crítica es lógica! Pero no hay ninguna ley que exija el erotismo en una novela histórica o en una novela negra.

3. Hay demasiados personajes (o muy pocos). Esta es una de las razones más extrañas con las que me he topado últimamente: criticar a una novela porque despliega un número “excesivo” de personajes, o al revés, porque no incorpora “suficientes”. Por favor, ¿cuántos son necesarios? ¿Cuántos son muchos o son pocos? ¡Es una novela, el género heredero de la Épica, vamos! Las posibilidades de que presente cientos de personajes son enormes. ¡Pero puede basarse sólo en uno también! Jamás el número de personajes puede ser una razón objetiva para descalificar una novela. Mucho menos si el reseñador aduce como gran motivo que “se pierde con los nombres” o “se pierde con las conexiones”. Si en nuestra vida diaria, común, somos capaces de retener el nombre y conexión con cientos de personas sin perdernos, no parece creíble que un reseñador, acostumbrado a leer novelas, pueda “perderse” con unas cuantas decenas de nombres. A veces, ni siquiera más de veinte.

Una razón objetiva para descalificar una novela sería, en cambio, que el diseño de los personajes es plano, de modo que pareciera que nos vemos con caricaturas y no con personas reales; o que un personaje X es fundamentalmente igual a un personaje Y (como descubrí pronto en una famosa saga de fantasía donde todas las mujeres eran descritas exactamente igual, y no me refiero a sus rasgos físicos, en los que, por fortuna, sí diferían). En ese caso, si el reseñador critica que la novela presenta veinte personajes indistinguibles entre sí por sus rasgos psicológicos o emocionales, podría ser de recibo —a menos, claro está, que esté leyendo una novela de ciencia ficción que trata de clones perfectos con rasgos físicos y emocionales exactamente iguales—.

4. Hay demasiadas subtramas. De nuevo, el número de ramificaciones argumentales que pueda tener una novela es irrelevante. Se espera, de hecho, que toda novela los presente, aunque sólo sea una subtrama, pues, a diferencia del cuento, la novela es un género adecuado para desarrollar las implicaciones derivadas que una situación X pueda tener. Ya sabemos que la vida real está compuesta de millares de tramas y subtramas. Una novela apenas puede desarrollar una pequeña parte de esas posibilidades, pero suele intentarlo. Descalificar una novela porque presente subtramas es no sólo absurdo, es inconcebible. Hasta un culebrón o telenovela tiene más subtramas que los dedos de una mano; con más razón, una verdadera novela. Piensen, por ejemplo, en la gran cantidad de subtramas que hay en una novela de aventuras clásica como Los Tres Mosqueteros, donde incluso una de ellas, la de Milady, ocupa varios capítulos sucesivos, durante los cuales no nos enteramos de nada nuevo sobre los protagonistas. Y sin embargo, su historia permanece íntimamente ligada a la principal.

Ahora bien, si la crítica no va por el número de subtramas, sino por la conexión entre ellas, ya estaríamos hablando de criterios más objetivos, que caerían en el campo de la coherencia argumental que se espera de una novela bien estructurada. Si el reseñador critica la existencia de subtramas que no guardan relación con la trama principal ni parecen justificarse, entonces su observación es objetiva. Si el reseñador sólo se preocupa de que hay “muchas”, es un asunto de gusto personal: significa que debería concentrarse en los cuentos —que se caracterizan por presentar sólo una trama— y dejar las novelas a otros.

5. No tiene suficiente acción (o tiene demasiada acción). Exigir una cuota de acción determinada a una novela para calificarla como “buena” es lo mismo que exigir que siempre haya una historia de amor o siempre haya un villano. Es un gusto personal que se hace evidente sin muchos rodeos. Si el reseñador se aburrió con la novela porque prefiere historias con capítulos cargados de tensiones y sobresaltos, que lo diga, pero que sea honesto con su público: que diga abiertamente que le gustan las novelas de acción. Hay innumerables lectores en este mundo que prefieren historias sosegadas o reflexivas, o incuso filosóficas, para quienes muchas páginas saturadas de acción se hacen abrumadoras, pero son conscientes de que ese es un gusto personal. No entra en la categoría de criterios objetivos para analizar novelas. Por este tipo de razonamientos es que muchos deciden ver series de televisión como The Walking Dead, y por esto también, otros muchos optan por lo contrario: por no verlas.

Ahora bien, si lo que el reseñador está criticando es que la historia prometía una intensa acción que nunca se dio, por ejemplo, si es una novela de espías y el protagonista es un fugitivo que está huyendo de varias agencias especiales que han jurado matarlo, pero se pasa la mitad de la novela sentado en el patio de su casa reflexionando sobre la vida, entonces, sí, estaríamos hablando de un análisis verdadero de coherencia argumental y de verosimilitud del planteamiento temático. Pero si la novela es la historia de un científico que está buscando la cura contra el cáncer, no es posible estarle exigiendo que haya capítulo tras capítulo de persecuciones sin sentido.

En fin, sólo he expuesto unas cinco razones. Ustedes podrían señalar muchas más, pero creo que se hace evidente la necesidad de que los reseñadores sepan separar sus gustos personales y sus preferencias de lectura de la verdadera crítica profesional que los lectores están buscando en sus reseñas. De gustos podemos charlar y aun debatir, pero siempre podemos dejarlos a un lado. Lo que buscamos los lectores es otra cosa: es una guía objetiva que nos ayude a decidir cuál libro vale la pena ser leído y cuál no en este mundo saturado de tantos millones de libros. =)

16 de septiembre de 2015

La honestidad de un crítico

Cuando yo era niña, leía cuentos y algunas novelas por puro placer. Los que me gustaban los devoraba, los que no, los descartaba y pronto los olvidaba. Mi sistema de selección de entonces era, pues, muy simple: si me gustas, te leo, si no me gustas, no. Y sí, era una vida sencilla. Y muy agradable. Por ejemplo, de esa época me quedan gratísimos recuerdos de Los cuentos de mi tía Panchita (Carmen Lyra) y de El Hobbit (J.R.R. Tolkien), de los libros de Enid Blyton (con todas sus controversiales visiones sobre la mujer) y las aventuras de Puck (Lisbet Werner).

Luego vinieron las lecciones. Había que aprender sobre historia de la literatura, sobre las grandes obras y los grandes autores, y sobre la importancia de ciertos elementos en cada texto literario que había que tomar en cuenta para juzgarlo. Recuerdo bien mi manual de lecturas en el colegio, porque seguía una fórmula de “análisis” muy estructurada y repetitiva que todos los estudiantes debíamos seguir al pie de la letra, so pena de reprobar la materia. Así, sin importar de qué tipo de libro se tratara, era preciso identificar el tema principal y los temas secundarios, los personajes principales y los secundarios, si tenía un narrador en primera o tercera persona, si era omnisciente o no, y otros detalles de tiempo, argumento y demás que podían convertir el libro más intenso en el bodrio más aburrido. Para empeorar las cosas, no se podía ya leer lo que uno quisiera, sino lo que mandaba el programa, y este estaba integrado invariablemente por textos que habían sido escritos en épocas relativamente lejanas (o muy lejanas para cualquier adolescente), por autores que no nos decían nada y que trataban de temas que nos eran ajenos en todo sentido.

Sin embargo, me las apañé para disfrutar no pocas lecturas de aquellas, siguiendo un método propio: primero hacía la tarea, esto es, respondía el cuestionario con todos esos ítemes aburridos que venían en el manual y me los aprendía para el examen; y luego, tomaba el libro y lo exploraba según mi antiguo sistema. Como era ya una lectora más avezada para entonces, descubrí que algunos de aquellos libros en realidad sí me parecían interesantes y hasta me gustaron; otros, quedaron en el olvido, pues no representaron nada para mí.

Mi relación con la literatura se volvió después aun más compleja, porque no contenta con haber superado las estructuradas clases de español del colegio, decidí entrar a los cursos de filología española en la universidad, donde la teoría literaria y la crítica terminaban de arruinar cualquier idea de disfrute como guía para abordar la lectura de una novela o un cuento. Había arribado a los territorios de la crítica. En esa época fue cuando sufrí los primeros impactos teóricos y analíticos de mi vida, pero también comencé a conocer un mundo hasta el momento desconocido para mí: un mundo donde las reglas del juego eran muy distintas a las de mi niñez.

No se podía tomar en cuenta la subjetividad. Si una novela me gustaba o no, era irrelevante. Ni siquiera era laudable. Ningún crítico profesional podría, jamás, rendirse a los encantos del simple gusto para valorar una lectura literaria. Otros eran los criterios que debían tomarse en cuenta para evaluarla, y esos criterios ya no eran siquiera los hiperestructurados y vacíos parámetros de mi manual de secundaria, no. Ahora había que ahondar, pasar de las obviedades de la narratología para sumergirse en el psicoanálisis, la sociocrítica, las ideologías político-sociales o históricas, la teoría del género y otros trasfondos realmente objetivos que habrían de abrirme las llaves del interior del texto. Naturalmente, en este contexto, el gusto personal debía quedar encadenado bajo llave, jamás dejarlo salir, que nunca contaminara las aguas del frío análisis del texto.

No menosprecio el aporte brillante que en realidad todas esas teorías y herramientas críticas han dado al estudio de la literatura y su enriquecimiento, pues no se puede negar que críticos y teóricos han contribuido a hacer comprender la dinámica maravillosa que se esconde detrás de la creación literaria, y la han convertido en una valiosa joya de la sociedad. Soy consciente de que este aporte de objetividad es necesario para que muchos textos vean la luz y sean apreciados en toda su especial dimensión. Pero es preciso no dejarse llevar por la ilusión de que al obtener tal clase de conocimientos, se nos muere para siempre los niños lectores que vivían en nosotros. La niña que siempre hubo en mí se mantuvo firme. Me ha ayudado a comprender que un crítico o un teórico literario tiene capacidad para ser objetivo, pero a la vez, sigue siendo dueño de sus subjetividades, y así como es capaz de analizar y juzgar un texto con toda objetividad, también es capaz de leer con los ojos del corazón.

La subjetividad está siempre ahí, poderosa, llameante. El niño lector sigue viviendo y clasificando y prefiriendo libros porque le gustan y tratando de evadir otros porque no le gustan. Y puede coexistir con el crítico adulto y maduro que juzga libros por su calidad, por su estilo y su capacidad de innovación, sea que le gusten o no. Si esa coexistencia se da de forma armónica, el crítico aprenderá a distinguir cuál opinión surge de su niño lector y cuál de sus conocimientos profesionales. Será, entonces, un crítico honesto.

Pero esa honestidad es rara en el sinnúmero de reseñas que tanto abundan en Internet. Leo y leo comentarios sobre libros X o Y y aunque es evidente que el reseñador le ha cogido manía a uno o se ha derretido de placer por el otro, pretenden colocarse como analistas fríos y destruyen o ensalzan una novela o un relato desde la autoridad del crítico aduciendo razones de tipo objetivo, cuando en realidad son motivadas por su corazón… o por su hígado.

Ojo con esta estirpe de críticos que no reconocen que dan razones absurdas para calificar un libro como “malo”, solo porque no se atreven a declarar que simplemente no les gusta. Que el personaje principal les cayó mal porque les recuerda a su colega o a su jefe o a su ex. Que las temáticas de cierto tipo los aburren porque simplemente no se ven en ellas. Que no soportan las novelas y solo gustan de los cuentos; o al revés, son entusiastas de las novelas y no soportan las historias cortas. Etc.

Ojo con esta estirpe, porque se apoderan de la opinión calificada sin dar sus verdaderas razones.


La próxima vez comentaré algunas de los criterios que he visto enarbolar para descalificar una obra, que me parecen más surgidos de la subjetividad que de un auténtico análisis. =)

31 de agosto de 2015

Vino y literatura

Se dice que hay un vino para cada comida, porque es una bebida maravillosa que resalta el sabor y el disfrute de un buen plato. Y es verdad. Así las cosas, ¿no es lógico pensar que si el vino es ideal para acompañar una buena muestra del arte culinario, sería también ideal para acompañar las buenas muestras que nos brinda el arte literario? Ni más ni menos.

Por eso, Uruk Editores ha estado organizando veladas especiales en el bar "El Lobo Estepario", que ha titulado Amor por el vino y la literatura, en las que varios autores se reúnen para charlar con los asistentes, lectores y otros autores, sobre sus libros, proyectos y sobre la literatura en general. Se incluye música y declamaciones, en medio de un ambiente espontáneo que ensalza el poder combinado de estas dos creaciones del ser humano. =)

¿Están en San José este miércoles 2 de septiembre? Pues, no dejen de acompañarnos en "El Lobo Estepario", ubicado en Avenida Segunda sobre la esquina contraria a Caja de Ande, a las 7 de la noche, para degustar de un buen vino y de muchos buenos libros. =) =)

31 de julio de 2015

¡Primer aniversario!

Hoy es una maravillosa ocasión para recordar y celebrar el lanzamiento de Señora del tiempo con su booktrailer. ¡A disfrutar!




23 de julio de 2015

Tiempo atrás...

El próximo 31 de julio Señora del tiempo cumplirá su primer año de haber sido lanzada. Fue una noche memorable, pues ante una concurrida audiencia, tuve la oportunidad de escuchar la estupenda presentación que hizo entonces Emilia Fallas, filóloga y estudiosa de la literatura, sobre la novela. Entre otras cosas, combinó muy bien los temas principales que dan vida a la historia, la ciencia y la (supuesta) brujería de las protagonistas, y aprovechó para formular algunas reflexiones en torno al tema y nuestro tiempo. Luego, charlamos un poco más sobre Señora del tiempo y cerramos la velada con un agradable refrigerio con vino.

A partir de esa fecha, el camino de Señora del tiempo fue hermoso. Además de recibir los primeros comentarios en torno a su lectura, tuvo la oportunidad de volver a brillar en la Feria del Libro de ese año, que se realizó en agosto en la Antigua Aduana. Ahí no solo tuve la oportunidad de vivir una de las mejores ferias del libro que hemos tenido en Costa Rica en mucho tiempo, con gran afluencia de lectores y enorme trasiego de libros, sino también pude conocer y reencontrarme con escritores amigos y colegas, charlar sobre nuestros libros y proyectos, explorar las nuevas propuestas, y algo todavía más emocionante: conocer a algunos de mis lectores, tanto los que se acercaban por primera vez a conocer Señora del tiempo, como los que ya la conocían por entonces y querían contarme sus experiencias en torno a ella. Algunos habían disfrutado con ciertos personajes, otros más con las predicciones que la novela exploraba, otros, con lo que significaba para ellos y sus vidas personales. Saber que alguien atesora un mundo que una fraguó en su imaginación y en el que puso su corazón y su entusiasmo es quizá uno de los sentimientos más poderosos que un escritor puede tener en el contacto con sus lectores.

El año ha transcurrido y Señora del tiempo está ahí, en las librerías, brillando con su luz propia, aún siendo adquirida, leída y comentada. En Goodreads han ido apareciendo algunas reseñas y calificaciones, otros lectores se han acercado a mí para comentar sus más recientes vivencias, y aún quedan más que se acercan por primera vez, la toman en sus manos, la ponderan con cuidado y se la dejan, para sumergirse en sus páginas como otros cientos de lectores lo han hecho ya.

Me siento afortunada porque mi novela sobre terremotos y poder
psíquico aún está presente entre nosotros. Habla de dramas personales y retos colectivos, de un país, pero también de seres humanos, que en un momento crucial de sus vidas se ven enfrentados a tomar decisiones que no solo los afecta a ellos sino a otros muchos, sin que estos siquiera se percaten. Habla de amor, comprensión y tolerancia. También de prejuicio, rechazo y mentiras. Habla de corrupción y de trampas, pero también de honestidad, valentía y persistencia. Habla de un mundo que ha cambiado en muchos aspectos, pero en otros permanece exactamente igual, pues, cuando hablamos del futuro, jamás podemos olvidar que los seres humanos no siguen siempre pautas preestablecidas o ya marcadas, sino que son muy capaces de innovar y crear cosas nuevas, pero también, de conservar lo antiguo, sea para su bien o para su mal.

Feliz aniversario, querida Señora del tiempo. =)

19 de julio de 2015

Lectura telefónica

No me refiero a la cuenta del teléfono ni nada parecido, sino a la lectura de obras literarias en los teléfonos celulares. Libros electrónicos, sí, pero en el mismo aparatito que nos sirve para hablar, mensajear, acceder a las redes sociales o a Internet, escuchar música, tomar fotos y hasta para consultar la hora (aunque muchos de nosotros no hemos abandonado nuestros relojes de pulsera, curiosamente). ¿Que quién lo hace? Pues muchos más de los que en un principio uno se imaginaría.

El otro día, por ejemplo, iba en el autobús de regreso a mi casa y al pasar la mirada por los restantes pasajeros, noté la expresión usual de cansancio o seriedad de quienes vuelven al hogar tras largas horas en alguna oficina. La mayoría llevaban sus celulares encendidos en sus manos, y era obvio que estaban consultando Facebook, o Twitter o más probablemente el Whatsapp. No faltaba quien simplemente se había colocado unos audífonos y escuchaba música mientras contemplaba la lluvia que caía incesante en el exterior. Mi mirada errabunda se detuvo, sin embargo, en una mujer joven que iba leyendo un capítulo de algo. Sí, un CAPÍTULO de algo. Así, marcado, especial, con florituras o arabescos en torno. La mujer leía concentradamente e iba deslizando la pantalla poco a poco, por lo que pude comprobar que se trataba de un texto largo, con párrafos, sin imágenes, y quizá un diálogo. Digo "quizá" porque no iba yo a acercarme más para saber qué era lo que atrapaba su atención, pero solo saber que no se trataba de la usual red social o de la aplicación de mensajería fue suficiente: lectura en el teléfono, en español, en el bus, en mi país.

Y me dije que tenía que pasar. Hace poco estuve reflexionando sobre la supuesta muerte de la lectura, que consideraba relativa, dado que la preferencia por los libros en papel es mayor de lo que se ha querido pensar y dado que ha habido un importante resurgimiento de librerías independientes, que dan cuenta de que la vitalidad del libro en papel persiste. Por otro lado, los libros electrónicos no siempre se venden: muchos se ofrecen gratuitos y otros muchos, tristemente, se piratean. Pero de que se leen, se leen. El dilema de cómo hacer que el negocio perdure es un asunto distinto de si la lectura en sí está viva o no. Y lo está.
placer. Uno de los comentarios que me hicieron fue más bien pesimista: me aseguraba que según la experiencia de libreros y editores, el declive en las ventas de libros, aun los digitales, era tan importante que solo podía revelar una significativa reducción de lectores en nuestra sociedad. Le respondí que aunque era un dato relevante, no podía ser considerado con tanto determinismo, pues, en primer lugar, el "poco" uso de los libros en papel no significa automáticamente que hay menos número de lectores que antes, pues estos habrán migrado hacia otros soportes; en segundo lugar, se sabe que de todas formas, la

Los japoneses, por ejemplo, inauguraron el millonarísimo negocio de las novelas para celulares o novelas de pulgar. Son escritas en los sistemas de mensajería del teléfono, carecen de todo estilo y son bastante monotemáticas (aunque parece que se están diversificando), pero son novelas: se descargan y se leen por millones de lectores, están en varios idiomas y algunas han llegado al papel. Es un auténtico género del siglo XXI, si me preguntan, que confirma el hecho de que la lectura sigue vitalísima, necesarísima, energética.

Otra tendencia, favorecida por el agrandamiento de las pantallas de los celulares "inteligentes", es el de poder descargar en ellos versiones completas de novelas clásicas, como Guerra y paz, por ejemplo, o cualquier otro en el que puedan pensar. Estamos hablando de los clásicos de siempre, trasladados a una pantalla de celular, que son leídos enteros o por partes, en el bus, en el banco, en la fila, y que cuando uno se da cuenta, ya se ha terminado. Libros maravillosos dentro de un aparatito. ¿Imposible? ¡Está ocurriendo! (En este enlace, Gabriella Campbell cuenta con más detalle este interesante experimento).

Y si los clásicos llegan, ¿por qué no los modernos? Yo misma estoy leyendo capítulo a capítulo mi novela de entregas Estrella Oscura, en mi teléfono. De hecho, ese día, el de la mujer leyendo en el bus, iba con uno de los capítulos (creo que era el X), perfectamente legible, perfectamente cómodo. Y creo que más de uno de mis suscriptores están haciendo lo mismo, porque han preferido los formatos EPUB o MOBI que se adaptan bien a los lectores electrónicos.

Así que ¿leer en el teléfono? ¿Por qué no? La novela clásica o la romántica de moda, la de ciencia ficción o la psicológica más actual, cualquiera cabe en un telefonito, y cualquiera sigue siendo un placer y una fuente de diversión. =)

12 de julio de 2015

La lectura no ha muerto

Suena extraño, pero es así. Por supuesto que hablo de la lectura como pasatiempo, como placer, no la que tenemos que hacer todos los días en nuestro trabajo y que consume horas de dedicación e intensos pensamientos (o serias frustraciones), y que por cierto jamás desaparecerá, sino esa que nos sumerge en mundos ficticios donde las reglas son otras y nuestras vidas se ven de pronto en suspenso. Esa lectura, pese a los malos augurios de muchos, no, no ha muerto. Sigue más viva que nunca.

Quizá mi aseveración parece intempestiva y posiblemente fuera de lugar, pero he estado pensando en esto desde hace mucho tiempo, en especial cuando leo en foros y redes sociales que muchos se quejan de que "ya nadie lee", que "la lectura es un bien despreciado" y frases parecidas. Hace unos meses leí un interesante artículo sobre la supuesta muerte de la lectura, al que encontré refrescante, porque no solo me aportó algunos datos, sino también puso en perspectiva varias reflexiones propias. Se trata de The "Death" of Reading?, de L.R. Styles, quien explicaba, de manera más bien sombría, cómo el panorama general de la lectura por placer parecía más bien deprimente.

En efecto, dados los números que Styles manejaba, la situación no podía ser más triste. Las ventas generales de los libros electrónicos de autores "independientes" (entiéndase "autopublicados") y las de los libros impresos (entiéndase "de editoriales"), han experimentado una caída durante el año pasado, y dado lo que ella misma presenciaba en la biblioteca local -donde los jóvenes estaban todos dedicados a sus redes sociales y sus juegos de video y ninguno a un libro, en papel o digital-, el pronóstico para la literatura es negro: cada vez menos jóvenes leen, cada vez menos adultos leen, y lo peor es que es ahora, más que antes, cuando la cultura occidental se da cuenta del enorme valor que la lectura tiene para nuestro desarrollo.

Sin embargo, no todo estaba perdido. Styles también menciona que existen redes sociales para adolescentes en las que miles de lectores discuten sus libros de moda: prácticamente un tercio de los adolescentes actuales. A Styles le parecía exagerado, pero no imposible. Al final, cierra su artículo con una visión prometedora: su propia hija de 17 años prefiere guardar su teléfono que dejar el libro que acaba de tomar del estante, lo que le imprime la esperanza de que tal vez la lectura esté en coma, pero no muerta.

No pienso de manera tan drástica. En primer lugar, es iluso pensar que la mitad de la población vaya a ser asidua y sesuda lectora algún día. Muchos de quienes se quejan de las malas ventas de los libros parecen pensar que es obligación moral de la población humana leer X número de libros al año, cuando en realidad, la lectura por placer es solo uno de muchos pasatiempos posibles. Están otros como los deportes, o los juegos, o las salidas a los bares, etc. Y no todos tienen por qué compartir los gustos. Así como a mí no me interesa jugar fútbol los domingos, no tengo por qué exigirle a Pedro que cambie sus partidos por una novela de aventuras, si a él lo que le gusta es ir a patear una bola. Entonces, la expectativa con respecto a la población lectora debe ser más realista.

¿Un tercio? Pienso que es mucho más probable que así sea: una población lectora tenderá a mantener más o menos la misma proporción de lectores con respecto a los no-lectores si las condiciones sociales son apropiadas, o sea, si hay libros, sistema escolar funcional, nivel de vida aceptable y tiempo posible destinado a la recreación. Entonces, si en EE.UU. un tercio de los adolescentes son lectores, me parece un número más que aceptable: me parece realista. Y viendo la popularidad escandalosa que muchas novelas juveniles están teniendo en estos momentos en aquellas tierras, lo creo más posible.

Hace unos años se dijo que Harry Potter había enviado a los niños ingleses a leer "de nuevo". Que los había separado de sus video juegos y que les había hecho redescubrir los placeres de la lectura. Quizá no fue tan dramático, quizá fue que Harry Potter consiguió algunos millones de lectores más, pero cuando se acabó, el número de lectores volvió a su estadio normal. Quizá Los Juegos del Hambre o Crepúsculo hicieron lo mismo en su pico con el público adolescente. Quizá el boom de El Código DaVinci fue reproducido hace poco por Las 50 sombras de Grey o libros similares. O quizá Paulo Coelho ha estado manteniendo una red de lectores a lo largo de su carrera que muchos no cuentan o no quieren contar.

No pienso que la lectura por placer haya muerto. Ni siquiera que esté en coma. Pienso que está tan vital como siempre y que los "booms" y las "caídas" son solo cuestión de modas: que si los libros electrónicos cayeron en sus ventas es porque ya no son el último grito de la moda, no porque haya menos lectores. Los que leen, leen, y los que no, aunque compren libros, no leerán. ¿Que hay muchos títulos, más que antes? Pero, ¿acaso somos menos personas que antes? Rebasamos los 7 mil millones y todavía hay quien espera que los números se mantengan iguales. Por supuesto que hay más títulos.

Pero también hay más lectores.

No, no ha muerto. Es solo que... bueno, sigue tendencias y modas, cambia de soportes (ahora muchos leen novelas en el teléfono, ojo) y de estilos. Pero la literatura es mucho más que un vetusto libro de papel: es un arte que sigue atrapando a millones.

Y mientras el ser humano esté ávido de historias, lo seguirá haciendo.

18 de mayo de 2015

¿Y si la historia se explicara diferente?

En el 2010, y siguiendo el camino que nos habíamos trazado con los cuentos populares, el grupo de escritores de Sedice.com que nos reunimos para "per-versionar" aquellas clásicas historias, decidimos retorcerle la tuerca a la historia y avanzar posibles explicaciones, fantásticas o propias de la ciencia ficción, que resultaran no solo alternativas a la historia oficial, sino incluso, retorcidas, per-versas, y por eso lanzamos: (Per)versiones: Historia. En esa ocasión, me sumergí en un incidente famoso: el asesinato de Julio César en aquel lejano Idus de marzo del año 44 antes de Cristo, en Roma, evento que habría de desencadenar una serie sucesiva de hechos que llevarían a Roma hacia el establecimiento del Imperio, lo que quizá no estaba en los cálculos de los conspiradores y asesinos del insigne general. En mi cuento "¿Tú también, hijo mío?" exploro una alternativa fantástica (o quizá no lo fue tanto) que explicaría por qué César, quien aparentemente estaba al tanto de los planes de sus asesinos y que había sido advertido por amigos y allegados, insistió en acudir al Senado aquel aciago día.

Es una temática muy propia de la ciencia ficción (e incluso de la fantasía) especular con posibles explicaciones alternativas a los fenómenos o eventos ya conocidos, que pueden desafiar la lógica que creemos muy sólida. No por casualidad existe la fantasía histórica, que incorpora elementos fantásticos, o a veces sobrenaturales, en la historia, y por supuesto, la ucronía, un interesantísimo subgénero de la ciencia ficción que especula con la idea de qué habría pasado en la historia si un acontecimiento se hubiera dado diferente o no se hubiera dado: por ejemplo, si en vez de España, hubiera sido Francia la que descubriera América, o la propia Inglaterra hubiera llegado a las del Caribe; o si los rusos hubieran llegado primero a la Luna; o si Aníbal hubiera conquistado Roma; etc. Tenemos novelas escritas sobre premisas así, como Britannia Conquistada ('Ruled Britannia'), de Harry Turtledove, o El hombre en el castillo ('The Man in the High Castle'), de Philip K. Dick, que exploraban, una, el que la Armada Invencible de Felipe II jamás hubiera sido derrotada por el almirante Nelson en Trafalgar y por tanto, que España hubiera conquistado Inglaterra; y la otra, el que Hitler hubiera ganado la II Guerra Mundial y hubiera ocupado Estados Unidos. Ambas son novelas ucrónicas, interesantísimas, que aprovechan la literatura prospectiva para lanzar elucubraciones sobre la naturaleza humana y las consecuencias de sus actos, amén de avanzar la idea de que la historia se mueve por caminos muy sutiles y que un mínimo cambio en un evento, habría podido traer resultados muy distintos que nos afectaran a nosotros en nuestro presente.

En el caso de la fantasía histórica, ésta no necesariamente altera el curso de la historia, sino que a los acontecimientos tal como están registrados les brinda motivaciones y causas muy distintas de las que estamos acostumbrados a escuchar, y que de alguna manera, pueden resultar tanto más ciertas como imposibles. En el caso de "¿Tú también, hijo mío?", la pregunta que subyace en el evento histórico siempre fue: ¿por qué César acudió al Senado si sabía lo que le aguardaba? ¿Por qué desafiar al destino? ¿Acaso no temía la muerte? Pues en mi propuesta... bueno, pero ustedes pueden considerarla, creerla o no, si acuden a mi sitio y leen el cuento que ya está disponible en línea. =) Los invito a participar de esta experiencia. =)

10 de mayo de 2015

(Per)versionando los cuentos clásicos

Hace unos cinco años, un grupo de escritores reunidos en Sedice.com tuvo la idea de plantearse un proyecto: contar de nuevo viejas historias de sobra conocidas, pero con un quiebre en sus argumentos que pudiera considerarse retorcido, o incluso, "perverso". Jugamos con la idea de "versionar" cuentos clásicos, pero hacerlo de tal manera, que se sintieran oscuros, de suerte que nuestra "versión" fuera una "(per)versión". Y así nació el proyecto (Per)versiones Literarias, que vio nacer su primera antología de relatos en 2010 con (Per)Versiones: Cuentos populares.

En esa primera ocasión, participé con una versión alterada de "La Bella Durmiente". Quería jugar con la idea de que la princesa supiera de la maldición de la bruja (pues en el cuento original la toma por sorpresa) y saber qué pasaría si así fuera. ¿Evitaría el destino? ¿Caería de todas formas en él? ¿Tendría ayuda? ¿Lo enfrentaría sola? El resultado de tales divagaciones fue "Eterna ensoñación", que ustedes podrán encontrar ahora disponible en línea en mi website. =) =)

4 de mayo de 2015

Otro relato disponible en línea

¡Hola! Me paso por aquí para contarles que a partir de hoy está disponible (en línea) mi cuento "Misión inconclusa", en la sección de Relatos de mi website. Es un cuento del 2008, que fue escrito en clave de fantasía con miras a participar en el concurso Domingo Santos. En aquella ocasión no logró meterse en la final, pero luego fue tomado en cuenta para ser publicado, junto con otros relatos de géneros fantásticos de autores diversos, en la antología ¡Jodido lunes! (Bubok, 2008). Una gran experiencia, por El Anillo de los Nibelungos y su historia sobre Brunelhid y Siegfried. =)
cierto, y para mí, una de mis historias consentidas, de esas que escribí tomando en cuenta un escenario especial: el de las valkirias. =) Sí, las valkirias, no los vikingos (que hoy en día están de moda otra vez, pero en aquellos tiempos no lo estaban tanto), o sea, esas doncellas inmortales que se ocupaban de trasladar las almas de los héroes muertos en el campo de batalla a la mesa de banquetes del Valhalla, para ser recibidas por Odín, el Padre de los Dioses, con todos los honores: mitología nórdica, la misma que adorna las leyendas que inspiraron a Wagner

Claro que "Misión inconclusa" no es la historia de Brunelhid y Siegfried, sino la de alguien que despierta una mañana con la terrible sensación de que está atrapada en una historia antigua que ya ha olvidado... ;)

Por otro lado, no olviden que pueden suscribirse en cualquier momento a mi nueva novela por entregas Estrella Oscura. Esta es una novela de fantasía, sobre un mundo que está en peligro y cuya salvación se esconde en una memoria perdida. Los primeros dos capítulos son gratuitos, y se reciben uno a uno las dos primeras semanas; los demás se reciben también cada semana, por una suscripción mensual de $1 US. =) Se puede recibir cada capítulo dentro del propio correo electrónico, en versión PDF, en versión EPUB o en versión MOBI (para Kindle). Ya hay quienes están leyendo los capítulos tres y cuatro, otros que apenas están empezando con los dos primeros (y que pueden activar su suscripción también en cualquier momento): la ventaja es que se puede uno suscribir hoy mismo y ya este viernes recibe el primer capítulo. =)

Al final, todos los suscriptores pagos recibirán la versión digital de la novela completa, para que la tengan en un solo archivo, según el formato que hayan escogido o deseen (PDF, EPUB, MOBI).

¡A leer! =) =)

20 de abril de 2015

Celebremos juntos el Día del Libro charlando sobre "Señora del tiempo"

Me siento feliz de contarles que este próximo domingo 26 de abril tendremos una nueva oportunidad de charlar sobre Señora del tiempo, pues estaré a partir de las 3 de la tarde en la Librería Internacional de Multiplaza Escazú, con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro. Si bien éste se celebra el 23 de abril, la Internacional está organizando una maratón de lecturas y encuentros literarios durante varios días, y ustedes pueden acompañarme el domingo para celebrar esta importante fecha. 

¡No falten!

"Fantasías controladas" y una semana más que comienza

 Hola =) Comenzamos la segunda parte de abril, que parece expirar pronto, y entre mis relatos en línea hay una historia nueva: se trata de Fantasías Controladas, que vio la luz en el lejano 2008, con motivo de la edición VIII del concurso de jurado popular Tierra de Leyendas de Sedice.com. Es un cuento corto, que relata las extrañas aventuras oníricas de un ciudadano común, envuelto en una desbocada fantasía con el concurso de personajes de cuentos de hadas que él no reconoce. La razón está, pues... en el cuento, y tiene que ver con la necesidad de sobrevivir. Los invito a leerlo y disfrutarlo y a darse una vuelta por los demás cuentos que están a su disposición para leer en línea.

Además, por supuesto, les recuerdo que pueden suscribirse a mi nueva novela de fantasía Estrella Oscura, cuyo primer capítulo podría llegar a su correo este mismo viernes, en el formato que Uds. prefieran para leer en sus dispositivos, sea éste su propio computador o sea uno móvil (celular o tableta): puede ser dentro del propio correo, en formato PDF, en MOBI (para descargar y leer en el Kindle) o en EPUB, para descargar y leer en su dispositivo android.

¡Material de lectura disponible para todos! =) =)

12 de abril de 2015

Una nueva semana comienza

 Esta semana comienza con actividad en mi sitio, pues no solo he renovado mi página de relatos en línea, sino también se reciben suscripciones para una nueva lista de lectores que deseen iniciar Estrella Oscura, mi reciente novela por entregas.

En efecto, el relato Tu madre ha muerto, ganador del 2do. puesto en la única edición del concurso "Amores extraños" del portal Sedice.com, está ahora en línea, disponible para todos Uds. que quieran disfrutar de una historia de ciencia ficción con una premisa algo retorcida. =)

Con respecto a Estrella Oscura, como mencioné arriba, si Uds. se suscriben esta semana por medio de la página indicada, podrán recibir el primer capítulo este mismo viernes 17 de abril, tal como los suscriptores de la semana pasada lo recibieron el viernes pasado.

Así, ¡a leer! ¡Que lo disfruten! =) =)

7 de abril de 2015

Una antigua y a la vez, muy actual tradición

Los Miserables, Crimen y castigo, Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo, Madame Bovary, Mujercitas, David Copperfield, Oliverio Twist, La isla del tesoro, La vuelta al mundo en 80 días, Guerra y paz, las novelas de Balzac y de Pérez Galdós, de Salgari, las historias de Edgar Allan Poe y muchas otras historias famosas, son hoy en día grandes clásicos de la literatura universal, leídas, comentadas y vueltas a leer por miles y miles de personas en la cultura occidental, y aun en otras culturas. Su calidad, su capacidad de conectarse con el público, la relevancia que han tenido para el desarrollo de las novelas modernas, en fin, son muchos los rasgos que las distingue y las conecta entre sí y que todos conocen, y aun así, uno de los que se comenta poco hoy en día es la manera en que fueron difundidas por primera vez: todas fueron publicadas por entregas, en semanarios o revistas mensuales, durante un año o dos.

Novelas por entregas. Una práctica nacida al calor de las innovaciones del siglo XIX, el siglo industrial, cuando surgieron las ciencias modernas, el comercio internacional, las máquinas a vapor como las locomotoras, y cuando surgió la prensa tal como la conocemos hoy: periódicos, revistas, semanarios, publicaciones que se pregonaban en las esquinas, que fueron el campo de batalla de políticos y pensadores, y que fueron también, el asiento de las grandes novelas de ese siglo: cada edición traía un capítulo, que iba concretando una gran historia, cuyo final era sabido por los suscriptores al cabo de un año o dos, y que volvió populares toda clase de historias de detectives, fantasmas, misterios y aventuras, romances y grandes proezas.

El siglo XX profundizó la noción de la novela por entregas y la convirtió primero en las radionovelas, cuyas entregas semanales o diarias eran seguidas por miles de oyentes con gran ansiedad, y luego en las famosas teleseries, que hoy en día dominan la televisión y hasta Internet, con sus temporadas llenas de sucesos y aventuras, y que pueden prolongarse no ya por uno o dos años, sino hasta por décadas.

Hoy en día cualquier teleserie nos parece la cosa más normal del mundo y la idea de una novela entregada a pedacitos, un concepto muy curioso. Después de todo, nos hemos acostumbrado a que las novelas se venden completas en ediciones muy acabadas en cualquier librería, sea física o digital, como si la idea de que alguna vez fueron entregadas por partes pueda ser extraña.

Pero resulta que la novela del siglo XIX, esa gran novela repleta de grandes historias, fue la que inició el concepto de la serie y es la serie la que domina los programas más populares de la TV y hasta del cine: pueden ser teleseries con guiones imaginados por escritores –piénsese en The Walking Dead, Lost, Mad Men, Breaking Bad, etc.-, pueden ser reality shows (donde se supone que no hay guiones, pero se sigue la realidad entrega por entrega, normalmente alrededor de una competencia o concurso) –podemos pensar en Survivor, The Amazing Race, America´s Next Top Model, American Idol, The MasterChef, etc.-, o pueden ser historias llevadas al cine por partes (The Avengers, Transformes, The fast and the furious, Scream, etc.). Hay reportajes que se escriben o se exhiben en serie y ¡hasta discusiones públicas desarrolladas por partes! (a las que la gente llama, por cierto, “verdaderas novelas”).

La novela por entregas tan solo destapó el disfrute innato del ser humano por las historias que puede presenciar conforme se desarrollan, ni más ni menos.

¿Sería entonces muy extraño que ahora surgieran, otra vez, novelas por entregas, tal como sucedió en su día en los semanarios y revistas de las ciudades industriales del siglo XIX? ¡Por supuesto que no! Y menos aun si sucede en Internet, que con su formato ágil e instantáneo, su facilidad de comunicación y su cercanía con los lectores, permite que una nueva era de novelas por suscripción lleguen hasta nuestras manos en formato digital, pero con el mismo espíritu de ayer.


Es así cómo Estrella Oscura se inscribe en una vivaz, antigua y noble tradición. Y no puedo estar más orgullosa de comprobarlo. ;)

5 de abril de 2015

Una historia nueva, de una forma nueva...

Una vez más, estoy inmersa en una gratificante experiencia: el lanzamiento de una nueva novela, Estrella Oscura. Es de fantasía esta vez, y voy a hacerla llegar a todos ustedes de una manera diferente, esto es, reviviendo una costumbre del pasado. Sí, así como se oye. ¿Recuerdan las novelas por entregas?

Pues sí. Estrella Oscura llegará a sus lectores por medio de un sistema de entregas, que a diferencia del pasado, cuando aparecían en periódicos o revistas en papel, estará disponible en formato digital y por medio del sistema de suscripción mensual, que otorgará derecho al suscriptor a leer la novela poco a poco hasta su final.

¿Cómo funciona? Es muy fácil.

En la página de Estrella Oscura, en mi sitio, hay un pequeño formulario para solicitar los primeros dos capítulos de forma gratuita. Luego de éstos, el lector tendrá la posibilidad de continuar leyendo la novela por medio de la subscripción, haciendo el pago de solo $1 mensual a través de PayPal.

Cada capítulo será enviado por correo electrónico y cada quien podrá leerlo en su dispositivo favorito (más instrucciones en la página de Estrella Oscura).


¿Cuándo iniciamos? A partir de ahora. ¡Estrella Oscura comienza a rodar con ustedes! Los espero. =)

29 de marzo de 2015

"Sueño profundo" en Lauraquijano.com

Hola. Ya está listo en mi sitio un nuevo relato para leer en línea. Se trata esta vez de Sueño profundo, que por ser un relato largo, estará dividido en dos partes. La primera parte está disponible a partir de hoy; la segunda, estará a disposición de todos los lectores el próximo lunes 6 de abril.

Sueño profundo relata las vicisitudes de una telépata retirada, Sasha Verona, que luego de un alejamiento autoimpuesto por causas personales, es llamada de nuevo a la acción por un viejo colega para que intente establecer conexión con su ex amante, antiguo compañero de trabajo y amigo entrañable de otro tiempo, que ha sufrido un terrible accidente que lo mantiene en coma. Sasha intentará comunicarse con su mente dormida para indagar las causas del dramático incidente y encontrar la manera de regresarlo a la vigilia, pero en el proceso, comenzará a descubrir que una historia más siniestra se esconde detrás de todo esto.

Sueño profundo ganó en su día (2009) un puesto entre los tres finalistas del XXI Certamen Literario Alberto Magno de Ciencia Ficción, de la Universidad del País Vasco, y así le fue reconocido con un certificado muy especial que me hicieron llegar entonces. Posteriormente, apareció publicado en la revista electrónica NG 3660, también en dos partes, y hoy vuelve a estar con nosotros desde mi sitio. ¡Espero que lo disfruten!

22 de marzo de 2015

Otro cuento: "Por siempre otro"

Lo prometido es deuda. =) Siguiendo con la publicación en mi sitio de los cuentos o relatos que han aparecido antes en medios electrónicos o impresos, esta vez inauguro la semana con Por siempre otro, el cual relata la historia de un brillante científico del futuro que se enfrenta a la oscura verdad de su pasado, en medio de una terrible crisis familiar.

Este cuento de ciencia ficción apareció por primera vez en la revista electrónica NGC 3660, allá por el año 2007, y luego fue seleccionado para integrar la antología española Fabricantes de Sueños 2008 (AEFCFT), colección que reunía lo mejor de los géneros fantásticos y de terror publicados en 2007. Más tarde, ese mismo año, y bajo el sello Leer-E, lo publiqué en mi colección propia Por siempre otro y otros relatos (2007). =)

Hasta el momento, además de Por siempre otro, están en lista:

El precio de la eternidad, donde un juez retirado debe resolver, de forma inesperada, el caso de un fantasma.

Mala copia, donde un científico cree haber resuelto sus problemas familiares y laborales con la creación de un clon que pueda sustituirlo, mientras él se dedica a proyectos propios, pero no se imagina que el resultado será muy contrario a sus deseos...

La próxima semana (lunes 30 de marzo de 2015), estará en línea Sueño profundo, que fue finalista del XXV Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción de la UPV de España en 2009.

15 de marzo de 2015

Un pequeño anuncio

Me detengo un instante para contarles que he decidido reunir en mi sitio los cuentos de mi autoría que han sido publicados a lo largo de estos años, tanto en medios electrónicos como físicos. De esta manera, quienes ya los conocieron alguna vez, tendrán la oportunidad de recordarlos =), y quienes no, de conocerlos. Algunos vieron la luz hace ocho años, otros, en cambio, son de hace unos tres años; algunos son de ciencia ficción, otros de fantasía, y creo que les hará pasar un muy buen rato. =)

Esta semana, he subido Mala copia, que originalmente se publicó en el no. 167 de la revista argentina Axxón en 2007, y El precio de la eternidad, que en 2006 ganó el 3er. lugar del concurso de jurado popular "Tierra de Leyendas VI", del portal de CF, fantasía, terror y misterio Sedice.com, y que en 2007 apareció en el No. 59 de la antigua revista electrónica española Aurora Bitzine. =)

7 de marzo de 2015

Personajes femeninos creíbles

No sé si Uds. han tenido la sensación de que leen una historia cualquiera y les parece que un personaje se repite muchas veces con diferentes nombres. Algo así como que Juan es exactamente igual a Pedro y éste a Rosendo y éste también es igual a Lope. O que Juan tiene todas las características que se esperan de un héroe, mientras que Pedro es un villano muy, muy malo y que se ríe mucho, o que Rosendo es el clásico segundón del héroe, graciosito y medio torpe que justifica su existencia por la necesidad de resaltar al guapote, encantador, siempre acertado Juan (el héroe). Y que Lope es el clásico anciano sabio, que habla de forma solemne, al cual Juan el héroe puede acudir para dilucidar el camino.

Apuesto a que sí se han encontrado con esos dos casos. Por un lado, se trata del personaje que se repite en esencia con diferentes nombres: seres acartonados, planos, que no te producen la sensación de que puedan existir. Parecen clones perfectos.

Por el otro lado, el segundo caso se refiere a los llamados personajes-tipo, los que cumplen con ciertos requisitos previos para formar una figura que se mueve a lo largo de la historia y que cualquier lector identifica de inmediato con solo que lee las primeras líneas.

Pues, bueno. Ambos tipos de personajes han sido abandonados por los escritores de forma consistente desde hace ya varios años, en especial, porque pronto se notó que estaban sirviendo de figurines sin dimensión ni interés para los lectores. Por eso, muchos autores han desarrollado los personajes “tridimensionales”, esos que parecen auténticos seres humanos, con ideas, pensamientos, emociones y contradicciones propios que nos hacen creer que realmente existen, que podríamos encontrárnoslos en cualquier esquina y que quizá hasta quisiéramos hacerlo. Son los personajes profundos, bien desarrollados, creíbles en todo momento, seguidos y amados u odiados por los lectores como si fueran personas.

En relación con este tema, hace poco la escritora Kate Elliot trató el tema de la creaciónde personajes femeninos creíbles. Resulta que muchos autores le preguntaron cómo podían crear personajes femeninos que resultaran tan creíbles como todos esos personajes profundos que ya (por fortuna) encontramos en muchas buenas historias, pues ha resultado que mientras los personajes masculinos se han profundizado con los años, los femeninos han continuado más o menos igual: o son clones, o son personajes-tipo.

No en todos los géneros es frecuente este fenómeno; y en realidad, Elliot se refiere principalmente a los géneros fantásticos (fantasía –en particular la épica-, y CF), donde el uso de personajes femeninos acartonados parece todavía vigente. Sin embargo, no es de descartar que haya este problema en otros géneros con características muy específicas, como el de la novela negra o la romántica, donde los personajes-tipo tienden a repetirse constantemente. Y, ¿por qué no?, también en alguna que otra novela dramática contemporánea.

De esta manera, según Elliot, para lograr una buena construcción de un personaje femenino en una historia (y la verdad, puede ser cualquier historia –digo yo-), lo que hay que plantearse en primer lugar es quién es y por qué es así ese personaje. O sea, el punto de partida a la hora de crear un personaje femenino es pensar en las mujeres como seres humanos, de la misma forma en que se consideran a los hombres, para lograr esa sensación de que realmente existen y que podrían hablarnos en cualquier momento.

Pero como ese consejo es tan general, la autora da tres trucos que podrían ayudar a un autor a construir un conjunto de personajes femeninos creíbles en su historia.

El primero es hacer que las mujeres interactúen entre sí. O sea, que hablen, que no solo se relacionen con hombres, sino entre ellas. Esto, por cuanto en muchas historias, aunque hay varias mujeres en puestos más o menos claves (pueden ser protagonistas, secundarias o aun terciarias), ellas solo se mueven en relación con hombres y casi no interactúan entre sí. Como en el mundo real las mujeres interactúan constantemente entre sí (sean amigas, enemigas, colegas, dependientes, empleadas, etc.), si se crea una fluida interacción normal entre los personajes femeninos, la sensación de verosimilitud será más pronunciada.

El segundo truco consiste en llenar los puestos de los personajes terciarios con suficientes mujeres. O sea, que si en la historia el protagonista se mueve en una ciudad, en un pueblo, o en diferentes escenarios, y todos los personajes terciarios (el dependiente, el secretario de la oficina pública, el policía, etc.) son hombres, la sensación de verosimilitud se perderá, pues en la vida real el número de mujeres presentes en distintos escenarios es muy elevado. Lógico, es la mitad de la población humana…

El tercer truco, el más complicado, es hacer que suficientes personajes femeninos de una historia existan por sí mismas, y no tanto en función de un personaje masculino. O sea, que algunos personajes femeninos deberían ser más que la víctima de un asesino, la chica violada, la sirvienta fiel, o la secretaria o la madre de un personaje masculino. Deberían poder existir de forma independiente y no en roles pasivos relacionados con hombres. Eso las haría también más creíbles, porque en el mundo real, las mujeres existen en sí mismas, aunque sean dependientes de hombres.

Revisando estas sugerencias, y algunas reflexiones más que la autora expuso en función del tema, comprendí por qué algunas historias producen mejor sensación de credibilidad que otras, y por qué a veces un personaje femenino se me ha hecho tan irreal, absurdo o poco creíble, y por qué en otras ocasiones, casi parece que podría conocerlo (sea que me agrade o no).

Un ejercicio interesante, si uno es autor. Y también ilustrativo, si uno es lector, porque en este último caso te vuelve más exigente…


¿Historias donde he encontrado personajes femeninos creíbles? En las novelas de Jane Austen, en las de George RR. Martin, en las de Agatha Christie (sí, por cierto que sí, es uno de sus puntos fuertes), en las de Suzanne Collins… =)