29 de diciembre de 2017

Un buen cambio de año

2017 llega a su fin y las puertas hacia el 2018 están abiertas. Una vez más es hora de pensar en cuanto hemos logrado y a la vez, en todo cuanto todavía nos queda por alcanzar. Cierto es que, al menos con respecto al mundo, nos hemos visto rodeados de eventos sorprendentes, algunos inquietantes, que a veces nos ponen a pensar en el futuro con ciertos temores, pero si he de ser sincera, con respecto a ese punto no creo que nos hallemos en una situación realmente apurada. En febrero de 2018 nos tocará a todos los costarricenses una vez más acudir a votar, para elegir a quienes han de representarnos en la Asamblea Legislativa y a quienes lo harán en el Poder Ejecutivo, y aunque muchos hablan en términos sombríos, pienso que existen todavía muchas posibilidades de elegir con racionalidad y esperanza para un futuro bueno. Hay candidatos nuevos y jóvenes, hay gente con ideas frescas: solo es preciso atreverse a cambiar y no resignarse a los discursos cargados de miedo o prevención, sino votar por quienes ofrecen un camino de ideas y posibilidades. Así llegaré yo a las urnas: con la confianza puesta en las posibilidades.

Pero eso es materia del 2018.

En cuanto al 2017, ha sido para mí un año interesante. He proseguido con mis maestrías, una de las cuales estoy más próxima a terminar, y he aprendido mucho en este camino. También he retornado a labores que había ejecutado tiempo atrás y he asumido nuevos retos. Los resultados han sido más que satisfactorios y no puedo estar más inspirada con las nuevas oportunidades que se me han abierto en el campo laboral este año. Confío en que lo mismo (y mejor) sucederá el próximo año y espero descubrir más cosas sobre mí y sobre las materias de mi especialización. Será un año estupendo, puedo sentirlo.

En cuanto a mi mundo como escritora, este año fue un buen año para Señora del tiempo. Tal como comenté en el blog de la novela, durante este año recibí la estupenda noticia de que había sido incluida en la lista de libros recomendados por el MEP para secundaria: ¡un honor que he celebrado con inmensa satisfacción! También durante este año tuve la oportunidad de participar en sesiones de lectura ante públicos nuevos, lo que me brindó nuevas satisfacciones, y también, fue el año en que por primera vez Señora del tiempo experimentó la singular vivencia de la traducción profesional, aunque de forma parcial. Un extracto del resultado pueden palparlo aquí mismo: es la primera parte del prólogo traducido al inglés. Un experimento interesante.

Con respecto a mis nuevos proyectos literarios, el 2018 me deparará nuevas oportunidades, estoy segura. Estoy escribiendo también, otra vez, una nueva novela, y hace poco di punto final a la revisión de otra de ellas, lista para ser revisada por editores. O para seguir otros caminos, el que le sea más conveniente. Estoy satisfecha con este aspecto de mi vida, que tanto me llena, y sé que en el 2018 se verán coronados otros proyectos y finalizados otros más. Más libros en camino, más historias por contar, más literatura por vivir. ¡Un sueño!

¿El año que acaba también me deja sin algunos logros buscados? Como cualquier otro año, por cierto. Algunos proyectos aún no han madurado y fructificado, pero ha sido cuestión de tiempo. A su debido momento, llegaré a ese puerto. Y me siento contenta con ello. No hay que desanimarse si parece que algo se pospone o se suspende, algo que uno ha querido ver coronado: solo hay que darle su tiempo, su ritmo, y de seguro se cumplirá. Así ha sido en el pasado y así será en el futuro próximo.

Espero que sus proyectos también se vean cumplidos, que sus metas se vean alcanzadas y que 2018 los encuentre a todos ustedes con el ánimo en alto y la mente cargada de ideas. Que vivan estas fiestas con alegría y que puedan decirle a la vida una vez más ¡gracias por todo! =) =)

¡FELIZ 2018!

26 de agosto de 2017

Arrancó la fiesta de los libros del 2017 =)


¡Hola! =)

Ayer viernes 25 de agosto arrancó finalmente la 18° Feria Internacional del Libro en Costa Rica. Como es habitual, se ha instalado en la Antigua Aduana y en los edificios circundantes, con algunas esporádicas actividades en la cercana Biblioteca Nacional. Este año, como los anteriores, Señora del tiempo estará presente, tanto en el stand de la Librería Internacional como en el de Uruk Editores. =)
También, como parte de las actividades programadas para esta feria (que tiene muchas y muy variadas), estaré leyendo un fragmento de Señora del tiempo en la carpa de la explanada mañana domingo 27 a las 4pm., y antes de esa hora, estaré en el stand de Uruk firmando libros por si quieren acercarse. =)

Por otra parte, también podrán encontrar mis relatos de ciencia ficción en las antologías de la EUNED: Posibles futuros. Cuentos de ciencia ficción (2009), Objeto No Identificado y otros cuentos de ciencia ficción (2011) y Te voy a recordar. Relatos de ciencia ficción (2015). Estarán en el stand de la EUNED, que, por cierto, está celebrando sus 40 años este año. =)

¡No falten! ¡Va a estar muy interesante!



22 de abril de 2017

Reencuentro

Hace ya dos años y medio que mi novela Señora del tiempo salió a la luz pública: 31 de julio de 2014. Fecha para mí memorable, pues representaba mi regreso a las novelas publicadas y el final de un proceso que siempre se inicia con la primera idea, pero que se acaba inevitablemente con la publicación, pues es ahí cuando entregas tu historia al público lector y deja de ser un poquito tuya.

Naturalmente, es lo ideal: que tu historia llegue a ser algún día parte de la vida de otros, no que se quede a dormir el sueño de los justos en la oscuridad de algún cajón o, más modernamente, en un archivo viejo de tu computadora. La mayoría de los escritores queremos que nuestros textos sean leídos por gente real, y no solo por un Lector imaginario escondido entre sus líneas.* Y cuando eso pasa, nos sentimos alcanzados por la grata sensación de logro, de triunfo.

Pero también, al mismo tiempo, nos acomete, o al menos a mí me asalta una rara sensación de soledad: la historia se fue de mis manos, ya no me pertenece del todo, ahora es también de quienes la lean y la incorporen a sus propios pensamientos. Es un deber dejarla ir, porque así debe ser con todo proyecto o trabajo que uno emprenda, por mucho que lo ilusione y lo ame. Hay otras historias, otros proyectos y otros trabajos que seguirán a ese, y también te crearán problemas, te llenarán de dudas y, a la vez, de satisfacciones. Y asimismo, los dejarás ir...

En fin, que Señora del tiempo había salido de mis manos un 31 de julio de 2014. Había vuelto a mí, por supuesto, porque me decidí a leerla otra vez, pero ya publicada. Es una sensación espléndida, no leerla en la computadora o en las pruebas de la editorial, sino lista en su presentación final. Pero ya se había ido de mis manos como escritora.

Luego vinieron presentaciones, conversatorios y comentarios sobre ella. También llegaron las opiniones de algunos críticos, y por supuesto, las de los lectores, que a lo largo del tiempo le han dedicado horas de lectura y de pensamientos. Muchos de ellos eran inesperados, porque tocaban temas que jamás imaginé que hubiera deslizado en mi historia, pero que al final descubrí que sí los había abordado, de forma inconsciente. Otros estaban conectados a temas que yo había abordado con toda intención. Fue un periodo intenso, hermoso... pero la novela se había ido. Me dediqué a otras historias, otros personajes, otros desafíos. Proseguí con otros proyectos y otros trabajos, mientras mi Señora del tiempo seguía su propio camino.

Hasta que llegó de nuevo una oportunidad de reencontrarme con ella, siempre como lectora, y más, como vieja amante. En estos últimos meses, he participado en el proyecto Voces de la Prosa Nacional junto con otros autores costarricenses. En cada evento, cinco o seis de nosotros leemos fragmentos de nuestros textos a un público general y compartimos un momento de esparcimiento y reflexión en torno a los libros y, en cierta forma, a nosotros mismos. Ha sido en esos momentos cuando me he reencontrado con Señora del tiempo: he vuelto a pasar sus páginas, a recordar las vivencias de sus personajes y, de paso, a recordar las propias cuando la escribía o cuando estaba a punto de hacerlo. Y ha sido especial. Reconfortante, hermoso. =)

Aquí dejo un enlace a un video del evento de ayer viernes 21 de abril, en la Librería Internacional (Mall San Pedro), cuando leí unos fragmentos de Señora del tiempo. =) Hubo otros (en Librería Lehmann en San José, en el Jazz Café en San Pedro), y habrá más. Ha sido una experiencia reconfortante.

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*Digo la "mayoría", porque siempre hay quienes no lo desean en absoluto y no se preocupan jamás por publicar sus escritos, pero de ellos sabemos poco, como es lógico.