7 de mayo de 2012

¿Necesita un buen escritor ser un asiduo lector?

La pregunta original, tal como me la encontré en uno de los grupos de LinkedIn es si un buen escritor necesita ser un lector fanático, pero para mis efectos prefiero el adjetivo "asiduo" que "fanático", calificativo que me resulta muy negativo la mayoría de las veces en que es utilizado. Así pues, este escritor lanzaba esta pregunta, que podría haber parecido muy obvia, tras una discusión con un amigo que pretende ser escritor pero a quien no le gusta leer libros. Lógicamente, la pregunta surge al instante: ¿puede uno ser un buen escritor sin sentir afición por la lectura?

¿Por qué lanzamos este tipo de preguntas hoy en día? Muchos escritores pueden estar de acuerdo conmigo si de inmediato contestaron "¡Por supuesto que sí!", pero luego uno se pregunta por qué existe la pregunta en sí. Y más se asombra uno cuando lee la anécdota que la originó y comprende que sí existen numerosas personas que pretenden dedicarse a la escritura sin sentir emoción alguna ni interés por la lectura. Y no puede uno más que cuestionarse si lo que creía con tanta convicción será cierto...

Supongo que hemos de admitir, de la mano de las investigaciones neurológicas, que la actividad de leer no involucra las mismas áreas cerebrales que la actividad de escribir, al menos, no necesariamente. Parece que leer y escribir son actos distintos, que implican habilidades desarrolladas en momentos distintos. Prácticamente puedes aprender a escribir antes de aprender a leer, y todos sabemos que lo normal es que los niños aprendan primero a leer antes que escribir. Es decir, no necesitan que vayan de la mano. Sin embargo, y aquí encontramos los primeros indicios de lo que creíamos saber tan bien, sí se correlacionan y una activa el desarrollo de la otra de forma directa. Si lees mucho, es muy probable que tu aprendizaje y desarrollo de la escritura se facilite y se mejore sustancialmente. Si escribes con asiduidad, puede que desarrolles nuevas sensibilidades lectoras.

Ahora bien, todos estos estudios a nivel biológico no nos aclaran una buena respuesta para nuestra pregunta. Ciertamente, no necesitamos leer para aprender a escribir ni viceversa, pero en la vida diaria ambas actividades alcanzan niveles de profunda relación, y en general toda persona alfabetizada puede escribir más o menos inteligiblemente. Si los maestros de escuela logran su cometido, incluso es posible que sus alumnos tengan una ortografía y una gramática más o menos decentes. Con la explosión de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, más personas están escribiendo a diario, muchas veces bastante mal, cierto, pero lo están haciendo. ¿Significa que todas sienten afición por la lectura? Ni por asomo. La mayoría sigue siendo una mayoría no lectora, como ha sido siempre desde hace siglos. ¿Es lógico pensar entonces que si tantos nuevos "escritores", que estampan historias personales y vivencias en sus blogs, muros y demás foros y mensajes de texto, no leen, significa que un buen escritor no necesita ser un asiduo lector?

Humm... pienso que no.

Veamos. Hay que distinguir la escritura diaria, común, el relato propio de vivencias personales que todos hacemos cualquier día, de la escritura creativa instituida como arte y como oficio. Vamos, que no es lo mismo mi amigo de la infancia que se abrió un blog para contar sobre sus viajes a la playa que un autor de literatura. ¿Por qué? Porque el primero no está creando nada.

De hecho, un escritor comercial, de esos que se dedican a redactar textos publicitarios, tarjetas de presentación, folletos turísticos o textos con aplicación de fórmulas SEO para posicionar websites en los buscadores de Internet (yo he hecho este tipo de trabajos, que conste), no necesita tanto material de base para crear sus textos, como un autor creativo que escribe relatos, poemas o novelas y que fascina con su escritura a millones de lectores.

¿Qué necesita un autor para crear sus obras? Inspiración, motivación, algo que contar o algo de qué hablar, cierto. ¿Dónde encuentra esa materia prima que lo lleva a crear mundos enteros, personajes vivos y situaciones extraordinarias? La realidad es una buena fuente, pero suele ser insuficiente. Y si uno presta atención a lo dicho por los grandes autores de la literatura universal, suele encontrar que una gran fuente de inspiración se halla precisamente en los... ¿adivinaron? Sí, claro, en los libros.

La literatura se alimenta y retroalimenta a sí misma. Los autores del pasado sirven de inspiración a los del presente y los de hoy serán la principal fuente de alimento creador de quienes escriban en el futuro. Así ha sido desde los orígenes de la civilización y así sigue siendo y será. ¿En quién se inspiraron los que inventaron la escritura si no había libros escritos? En las tradiciones orales, obvio, que fungieron como literatura alimentadora de fantasías.

La realidad es estupenda, por supuesto, y uno puede siempre encontrar muchas historias en ella, pero la manera de contar estas historias, la inmensa variedad de opciones posibles que pueden asumirse en términos de lenguaje y escritura, la capacidad para cuestionar esa misma realidad que se desea contar, se halla en quienes ejercieron el don de la escritura creativa antes que nosotros. Por eso es que los grandes autores siempre fueron grandes lectores.

¿Necesita un buen escritor ser un asiduo lector? Sí, definitivamente.

11 comentarios:

Josep Martin Brown dijo...

La pregunta parece innecesaria, pero no lo es. Porque así como todo el mundo que sabe leer puede escribir, no todo el mundo que puede escuchar música sabe componerla.
Hay escritores que presumen de no leerse más que a ellos mismos.
Conozco un compositor al que no le gusta la música.
Y también a un actor que se interpreta a sí mismo.


Gracias por tus reflexiones.

Laura dijo...

Y gracias a ti por tu visita. Mira que no se me había ocurrido que en otras artes hubiera casos tan extraños como estos, pero tiene sentido, por supuesto...
Saludos =)

Begoña Argallo dijo...

Cuando te apasiona la lectura hasta más allá del infinito, llega el día en que te nacen historias propias que relatar. Y si estás de suerte disfrutarás tanto leyendo buenas historias de otros, como creando aquellas que te han surgido de la nada; aunque en verdad nunca las termines de ver perfeccionadas.

Pero sucederá algo que nunca imaginaste: se te acabó el tiempo libre. Todo el tiempo del mundo será poco para leer y escribir todo lo que quieres leer y escribir.
Y por lo tanto nunca habrá posibilidad de aburrimiento :)

Me ha gustado leerte. Saludos.

Laura dijo...

Hola, Begoña =) Cierto, el tiempo libre para leer y escribir se reduce cuando combinas ambas pasiones. De hecho, uno de los comentaristas en el foro del que tomé la pregunta original decía, con acierto, que un buen escritor debe ser un buen lector, pero no un lector "fanático", precisamente porque el fanatismo te impide desenvolverte en otras áreas aparte del objeto de tu obsesión. Si eres lector fanático jamás tendrás tiempo para escribir. Ese pensamiento me pareció también muy razonable y por eso sustituí el término "fanático" por el de "asiduo", mucho más positivo y edificante. Saludos =)

Ángeles Pavía dijo...

Como lectora y correctora, he de decir que aunque un escritor crea no necesitar ser un lector asiduo para ecribir está muy equivocado. Se nota mucho la diferencia entre un escritor que lee y otro que no lee en la fluidez del lenguaje, en el estilo, en los recursos de todo tipo. Un escritor que lee tiene mas fluidez, las frases le salen con mucha mas facilidad y mas calidad gramatical y sintáctica, porque su cerebro está habituado a ver como está escrito algo, a ver la estructura de las frases, la corrección de las palabras. Su vocabulario es mucho mas amplio y eso solo lo da la lectura.
El cerebro fija y retiene todo lo que leemos, aunque sea de una forma subliminal y no consciente. mas que recordar el contenido, recuerda la estructura del lenguaje y por eso le resulta mas fácil reproducirlo, escribir, a un escritor lector que a uno que no lo es.
Y por supuesto , el resultado se nota

Laura dijo...

Hola, Ángeles. Coincidimos. De hecho, siempre he pensado que los requisitos esenciales que un escritor de oficio debe reunir para desempeñarse adecuadamente en su labor son: un excelente dominio de la técnica de la escritura (gramática, ortografía, manejo de vocabulario, estilo, etc.) y una afición desarrollada por la lectura de otros textos distintos de los suyos. De verdad, no me sorprende que hayas encontrado problemas en la escritura de parte de autores que no leen, me parece incluso predecible.

Siempre habrá excepciones, supongo, pero es una regla que parece cumplirse sin problemas.

Saludos =)

Ramiro Padilla Atondo dijo...

acerca del tema he escrito algo, buscando bajarle los humos a algunos divos.
http://www.galeriafalcoatl.org/
y por cierto, me robo este post para mi face, está buenísimo

Laura dijo...

Gracias por el comentario. Voy a leer tu entrada =)

Unknown dijo...

Opino en que un buen escritor no se vasa en ser un buen lector,uno no escribe lo que lee, uno escribe cuyos pensamientos dictan, entonces reitero la pregunta de ¿porque debo leer para escribir mis pensamientos en un simple papel?
lule_mdq_04@hotmail.com

Laura dijo...

guason mylove: Primero, porque tu pensamiento no se forma solo, sino a a partir de múltiples experiencias cognoscitivas, entre las que se encuentran las lecturas que hayas hecho a lo largo de tu vida. Estas aportan conocimientos, formas, modelos, estructura, reflexión y te evitan la copia involuntaria, descubrir el agua tibia y refuerzan tus habilidades básicas de la lengua y del procesamiento de un argumento.
Segundo: te ayuda enormemente con la ortografía, para que no cometas errores básicos como escribir "basar" con "v".
Saludos.

Unknown dijo...

El objeto de la lectura, no es formarte como escritor es enseñarte sobre una realidad
concreta para que tu por medio de ese conocimiento puedas crear una historia.

Cada realidad de la vida maneja su propio lenguaje, nosotros aprendemos esos lenguajes
con la experiencia, la lectura es una forma experimental de descubrir segmentos de la realidad que nos rodea.

Yo creo que todo proceso de escritura, va unido a una etapa previa de experimentación
donde vamos interpretando la realidad, creando conceptos en nuestra mente, y luego
extrapolando dichos conceptos a palabras que puedan reflejar exactamente esos conceptos,
según lo hemos concebido en nuestra percepción cognitiva.

Imagen la situación en la cual una persona ha tenido que vivir encerrado en una habitación
sin conocer más que las cuatro paredes en las que está cautivo. De qué va a escribir?. Hay que experimentar la realidad para poder escribirla, y por eso, leer es una buena forma de concebir las ideas cognitivas sobre nuestra realidad. Además, solo leyendo tampoco podemos experimentar, hace falta hacer uso de herramientas como diccionarios para conocer los conceptos de palabras antes desconocidas para nosotros.

Experimentar, implica sentir. Podríamos decir que al involucrar el mayor número de sentidos
en un proceso de descubrimiento, podemos tener una mayor experiencia. Entonces si las palabras son un lenguaje universal, para poder experimentar realmente lo que leemos debemos sentir cada palabra según su sentido universal. Una pregunta, ¿seríamos capaces de representar las lágrimas en palabras, de tal manera que al leer entre lineas, podríamos estallar en llanto?. ¿Es tan real el mundo de la escritura, como el mundo perceptivo de todos los sentidos humanos?, si es así, solo hace falta leer, para conocer más y más, para experimentar, y sin lugar a dudas, eso traerá como resultado el ser enriquecidos en nuestra concepción cognitiva de nuestra realidad, la que vivimos.

En mi opinión, hace falta conocer el lenguaje de la vida, para escribir, y ese solo se aprende experimentando; la lectura es una forma de experimentación, por lo que es válido pensar que leyendo podremos, no ser mejores escritores, sino darle juguetes a nuestra mente e ingenio con qué jugar.

Claro también encontramos, los objetivos de escribir. La escritura objetiva, o la escritura que más se aleja de este estilo y entra en lo abstracto, que también es una forma de arte y de escritura. De cualquier manera, dependiendo de nuestros fines, es necesario experimentar.