2 de julio de 2009

Si no escribiera...

Todavía no he convertido mi pasión en mi modus vivendi, pues escribir es todavía una actividad que emprendo cuando las obligaciones de mi trabajo regular me lo permiten, pero sigo trabajando con la idea de convertir dicho deleite en mi medio de vida. Ya sé lo que se dice: ¿cuál escritor puede darse el lujo de vivir de la escritura? Muy pocos. Sé eso y soy consciente de que es posible que sólo llegue a ser un medio de vida parcial, pero igual aliento mis esperanzas de convertirlo en mi ocupación principal.

Entretanto, estuve divagando sobre otras ocupaciones, siempre relacionadas con el mundo literario, que no fuesen exactamente el de la autoría creativa. ¿Qué me habría gustado ser si no escribiera? No hablo de otros campos de escritura, como ser articulista o columnista, en los que también es preciso escribir, sino a actividades que no conlleven el acto de crear piezas escritas...

Una fantasía común, supongo, está en la de tener una librería. Algo así como el personaje que interpreta Meg Ryan en You've got mail, pues vive en uno de los lugares más encantadores de Nueva York y posee una librería de ensueño. No sólo es dueña del negocio, sino que escoge lo que vende. Claro que es una imagen de película. En la vida real, tendría menos de mundo de libros y sí mucho de negocios puros y duros, pues se trata de vender productos. De todas formas, si hubiera de dedicarme a algún negocio relacionado con los libros, el más evidente sería ese. Al menos, en mis horas muertas, si me pongo a leer no estaría mal visto.

Leyendo a Teo y su pintura del mundo editorial, pensé también que me habría gustado trabajar en una editorial. Podría ser lectora, podría ser editora adjunta, incluso editora. ¡Sería fascinante! Agotador, por las noticias que hemos recibido, y posiblemente muy estresante en ocasiones, pero fascinante. Estaría en contacto con lo bueno, lo malo y lo feo del mundo de la literatura, pues los editores son quienes reciben las obras en bruto y tienen ocasión de encontrar verdaderas joyas o perder miserablemente su tiempo. Pienso que sería fascinante.

Un trabajo opcional que salta a la vista es el profesorado de literatura, pero es el que encuentro menos estimulante. Si es en la secundaria, tus alumnos no suelen estar muy interesados y si es en la universidad, debes lidiar con mentes adultas jóvenes que se interesan más por la vida social que por los libros. Sin embargo, pienso que es el ambiente donde puedes marcar diferencias personales. Dependiendo de cuán apasionado e interesado seas, así puedes lograr inspirar a más personas en el maravilloso mundo de la lectura y hacer que tus alumnos amen los libros después de todo. Con uno solo que logre interesarse, ya sería un logro. El problema es que esta ocupación requiere más vocación de enseñanza que de estricto amor a la literatura, y no sé si yo tenga el primer ingrediente... De todas maneras, es una opción.

¿Corrector de estilo? Siempre es una posibilidad. ¿Traductor? Si sabes de verdad un idioma extranjero, puedes obtener tu licencia de traductor y descubrir mundos nuevos en la literatura extranjera... Habría sido una ocupación magnífica para mí si me hubiera decidido a estudiar una lengua extranjera con seriedad...

En fin... tengo la ligera sospecha de que en el fondo de mi corazoncito el gusanillo por la escritura siempre habría encontrado la manera de salir a la superficie. Tal vez, en una realidad alternativa, si no escribiera... me habría gustado hacerlo.

10 comentarios:

Guillermo Lamphar dijo...

ESCRIBO.... txus di fellatio

Escribo...,
para mantener distraída a la amargura.
Esquivo...,
sus dardos con palabras, mi armadura.
Y callo...,
porque digo más en mis silencios
que engañando a las palabras
con sentimientos adoptados.

Escribo, esquivo y callo,
y a menudo lloro en un folio.
Mis lágrimas son tinta, y no hallo
mejor ataque que un poema
ante tanto olvido,
ante tanta pena.

Escribo...,
para curar mi alma rota.
Grito...,
para que el silencio no me coja.
Y curo...,
mis heridas con un verso,
mis miedos con palabras
y los lloro en una hoja.

Escribo...,
para mantener a distancia la locura.

Guillermo Lamphar dijo...

Saludos... Un texto sin duda interesante y no opino por que es muy personal... Solo te dejo ese poema: Escribo.

Laura dijo...

Vaya, gracias por el poema, Guillermo. Creo que sabes transmitir muy bien los sentimientos que viven en la mayoría de los escritores...
¡Saludos!

John-D dijo...

Si no escribiera... soñaría que escribo, porque no creo que sea posible olvidar lo que se siente al escribir.

Siempre me ha gustado la idea de trabajar o tener una librería propia, en la que estar en contacto directo con los libros y los lectores.

Me encantan tus posts, por cierto.

Chao, cuídate.

Veronica dijo...

Interesante tu blog...saludos

Laura dijo...

Hola, John Anthony. Creo que compartimos nuestras conclusiones finales... :)
Gracias por tus palabras, vandrea. Bienvenida por aquí :)
¡Saludos!

Enric Herce dijo...

Siempre he sentido más interés por contar historias que por la literatura en sí, por lo que de no escribir, antes optaría por dar voz a la imaginación con otras formas de expresión que por probar otras facetas de la propia literatura. Antes me veo llenando viñetas que corrigiendo textos.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

Gran blog. No dudes de que volveré (te enlazo ya mismo). Un placer :-) Un abrazo de escritor

Laura dijo...

Interesante punto de vista, Enric. Bien se dice que el cine (como arte), por ejemplo, no es otra cosa que una manera visual de contar historias y que por eso se lleva tan bien con la literatura escrita. En esa medida, diseñar viñetas también sería una manera visual de contar historias ;) Y me hiciste recordar mis primeros tiempos de "narradora" (cuando tenía 10 añitos), cuando lo ue hacía era precisamente historias narradas por medio de viñetas...
Hola, Leo Mares, bienvenido a mi blog. Gracias por el enlace. :)

Alejandro Laurenza dijo...

Laura,

De todos tus oficios alternativos, el que me más me gusta es el de la librería. Claro, evidentemente se afea al convertirse en negocio, pero aún así me sigue gustando, :-).

Saludos,
Alejandro.