18 de agosto de 2008

El tiempo

Hace unas semanas leí con interés la entrevista que le hicieron al conocido escritor de ciencia ficción y fantasía George R.R. Martin, el cual ha tenido un gran éxito con su última saga de fantasía (Canción de Hielo y Fuego). En una de las preguntas que le hacían, confesaba que le resultaba difícil conciliar las temporalidades de los personajes. Es decir, mientras en el capítulo X pasa Y a un personaje Juan de los Palotes, en el capítulo XI pasa Z a otro personaje Fulano de Tal, pero suponiendo que ambos están viviendo sus respectivas vivencias al mismo tiempo. Entonces, de pronto te das cuenta que en poco más de veinte páginas apenas ha transcurrido una hora o un día, mientras luego caes en otro capítulo que da cuenta de varias semanas o meses de agitada acción. Para el escritor ha pasado el tiempo, pero para los personajes no. O para el escritor no ha pasado el tiempo mientras que para los personajes sí. Y vienen los enredos, las incongruencias y los descalabros.

Leyendo lo que decía, no pude menos que darle la razón. ¡Cuántas tribulaciones no deja el manejo del tiempo dentro del mundo narrado! Recuerdo que en mis aventuras literarias pasadas en más de una ocasión hube de detenerme y releer cuanto había escrito, pues había perdido la noción del tiempo y cuando creía que ya debían haber pasado como tres semanas en realidad si acaso habían transcurrido dos días. ¡Menudo embrollo! De vuelta a reconsiderar los hechos, a ajustar las reacciones, a pensar en qué era verosímil que ocurriera en esos tres días, etc.

Justo en este momento en que me hallo a la altura del capítulo XX (o algo así) de mi nueva novela en gestación, acabo de tropezarme con este interesante punto: tenía la impresión de haber descrito acontecimientos sucedidos a lo largo de muchos días, cuando apenas se estaban concretando veinticuatro horas desde el inicio de las acciones hasta el punto en que me detuve. Y volví a sorprenderme, a mirar casi con desaliento que no puede ser de otro modo y que todo sucede en el momento en que debe suceder: Fulano no puede decir eso precisamente porque aún no puede saber lo que Sutano está haciendo: ¡ambos están en el mismo punto temporal!

¿Serviría un cronograma? Pienso que sí, si los acontecimientos son complejos y los cruces temporarles ajustados. No hay por qué ser orgulloso y pretender que todo puede estar en tu cabeza. Adelante: dibuja el croquis, apunta los hechos, las horas del día y de la noche y sé consecuente. ¡El resultado puede ser en verdad redondo! :)

11 comentarios:

François de Fronsac dijo...

Hola.

Pues pienso que en el caso de R.R. Martin, puede estar a la misma vez en varias de esas circunstancias (y sólo por su propio yo físico). (con todo el cariño, claro).
Desde La cólera de Nébulos

Teo Palacios dijo...

Buenas

Yo me encontré con algo parecido en mi primera novela. Lo solucioné llevando, efectivamente, un "diario" de acontecimientos:

Tal día, el personaje x está en tal sitio haciendo tal cosa, mientras que el personaje Y se encuentra en tal ciudad a x distancia, etc...

Se evitan muchos problemas temporales. Aunque es verdad que es un trabajo cansino...

Laura dijo...

Y cuanto más ajustados los tiempos más detallista ha de ser el narrador. No es igual narrar acontecimientos que transcurren en la misma hora que aquellos desarrollados a lo largo de un año, por ejemplo. ;)

Hola a los dos :)

Martikka dijo...

Ante todo, felicidades por el blog.
Yo reescribo mucho, y eso me ayuda a tener frescos los acontecimientos. Pero como dice Teo, a veces es cansino, revisitar una y otra vez la historia, pero ése es nuestro trabajo, no?
No entiendo cómo hay gente que escribe de corrido, revisa una vez y ya lo considera terminado.
Un saludo!

Laura dijo...

Hola, Martikka.:)
Creo que al principio a muchos nos ha pasado que al término de un libro hemos creído que estamos "listos". Es después, con el paso del tiempo y el incremento de nuestras lecturas, que comenzamos a valorar las revisiones exhaustivas y a dejar que el escrito "repose";)
Claro que algunos nunca aprenden. Decían que Asimov nunca revisaba sus escritos. Tal vez por eso suele notársele cierto descuido estilístico que le ha restado puntos en las consideraciones literarias de muchas de sus obras...

Blanca Miosi dijo...

Hola a todos, es la primera vez que dejo un comentario aquí, Laura, me llamó especialmente la atención tu artículo respecto al tiempo en narrativa. Cuando se está escribiendo creo que sedebe dejar fluir la imaginación, pues en ese momento corregir lo que sea, tiempo, datos, nombres, fechas, etc., corta ese envión que tenemos cuando una idea pugna por salir de nuestra mente. Una vez terminada la novela es necesario releerla muchas veces, no tres ni cuatro, como mínimo treinta o cuarenta veces, si no más. Y siempre empezar a leer desde el comienzo del capítulo donde se la dejó. En ese releer se encuentran todas las incongruencias temporales; por lo menos ha sido mi método, y todas mis novelas abarcan lapsos de tiempo bastante largos.

Creo que a lo que se refería Teo es a anotar mientras escribía lo que tal personaje hacía a tal hora y tal día, no a revisarla cientras escribía.

Cariños,
BM

Laura dijo...

Supongo que depende del estilo personal, aunque yo no me refería a una revisión exhaustiva mientras se escribe, sino al final. Sin embargo, siempre es notable la diferencia entre un relato (que fue, por mucho tiempo, la fuerza de Asimov, por ejemplo) y la novela. Escribir una novela puede tomarte un mes o muchos años. Y es natural que en periodos largos confundas hechos y tiempos. Además, no todos disponemos de las horas del día para dedicarlos exclusivamente a la escritura (no en particular autores noveles y no tan noveles que aún no viven de la literatura). Mientras se dedican horas a otras labores -incluyendo familiares-, detalles temporales de la trama pueden confundirse y puede ser útil, entonces, tener un apunte ligero pero significativo que nos ayude a introducirnos en la escritura una vez que volvemos a ella... :)
Bienvenida, Bianca :)

neurotguitar dijo...

Miedo a tener una vida tranquila sin alarmas ni sorpresas. Deseos de escapar de la a veces agotadora realidad del mundo y necesidad de vivir intensamente cruzando la línea hacia otras tierras, levantar una espada y morir con honor o amarrar un elástico al arnés y lanzarse desde la luna para caer en un planeta lleno de plumas y leer, escribir pero… más leer, escuchar, entender, compartir. Realizar un esquema temporal de las acciones y utilizarlo como guía para evitar estrellarse contra esos pequeños-grandes detalles.

El cronograma… tengo mucho que aprender… Gracias Laura.

Laura dijo...

Me alegro que te sirva de ayuda. =)

neurotguitar dijo...

Hola Laura, Quisiera preguntarte algo sobre los tipos de narradores, pregunta de novato =(, pero no quiero parecer hostigoso ni irrespetuoso porque sé bien que este es tu espacio y no sé si sea lo correcto hacerlo ¿puedo? Soy de Chile y mi nombre es Jonathan, quiero ser médico, no sé si pueda serlo; pero me gusta escribir =).

De cualquier forma, Gracias Laura, que estés bien.

Laura dijo...

Puedes preguntarme lo que quieras.=)
También puedes escribirme a admin@lauraquijano.com o bien puedes visitar sitios informativos sobre técnicas literarias.
Mira, y a riesgo de hacer propaganda, hay un sitio donde confluyen lectores y escritores (y también algunos libreros), principalmente de España pero donde hay numerosos chilenos y otros latinoamericanos, que quizá te sirva de ayuda:
www.sedice.com
En él hay un foro que se llama "Taller literario", donde puedes preguntar:
http://www.sedice.com/modules.php?name=Forums&file=viewforum&f=20
Y hay otros foros donde se publican pequeñas cosas para que otros te comenten (como "Tierra de Leyendas")
Y si quieres escribir, lánzate. Es la mejor manera de empezar a hacerlo. (Y lee mucho, que siempre ayuda)
Saludos