18 de diciembre de 2013

Una aventura (2a. parte)

NaNoWriMo quedó atrás y fue una experiencia estupenda. Sé que para muchos escritores, entre noveles y veteranos, también lo fue, y también sé que para muchos es todavía un reto no superado. En lo que a mí respecta me dejó un agradable sabor de boca.

NaNoWriMo es una iniciativa sin fines de lucro en la que se pretende brindar un clima alentador para todos aquellos escritores en potencia que desean por fin escribir una novela de al menos 50 mil palabras desde el comienzo hasta el fin. Partiendo del supuesto de que lo normal es que no tengamos tiempo para dar rienda suelta a nuestros deseos, pues la vida nos impone muchas prioridades, el sitio pretende acompañar moralmente e incitar al trabajo continuo para terminar con una meta probable y realista: 50 mil palabras. ¿Por qué probable? Porque escribiendo alrededor de 1670 palabras diarias durante 30 días es posible alcanzar las 50 mil. ¿Por qué realista? Porque un trabajador promedio de nuestros días normalmente no consigue el tiempo suficiente como para intentar una proeza mayor o porque el escritor novel promedio quizá nunca ha intentado o completado una novela, y esta experiencia le brinda la oportunidad de concretarlo.

En lo que a mí respecta, no tengo ningún problema en escribir 50 mil palabras en un mes. De hecho, mi mayor problema no es alcanzar 50 mil o 100 mil o 200 mil. Puedo y de hecho he escrito novelas de casi 300 mil palabras y las he escrito en dos o tres meses. Mi mayor problema es el contrario: debería poder escribir menos, lo que me ha significado largos procesos de revisión, tras los que intento (y a veces logro) reducir mis novelas a tamaños más viables. Tampoco tengo problemas de inspiración o de planteamiento de historias. Y por terminar historias, ya tengo varias en mi haber.

Me explico: no me inscribí en NaNoWriMo porque tuviera problemas. Lo hice porque quería vivir una experiencia colectiva.

¿Eh?

Pues, verán: la escritura es una actividad solitaria. Normalmente es el escritor y su mundo escrito, no más. Cuando termina un borrador aceptable, lo comparte con algún lector, si es afortunado, y si es más afortunado aún, quizá con un editor. Pero para entonces el escrito ya está terminado, el largo proceso en el que el escritor se sintió perdido o afortunado, acertado o desviado, fluido o atascado, fue vivido en soledad, sin más compañía que la de sí mismo, sin más aliento que el propio. ¿Cómo vivir ese proceso de manera colectiva, no solitaria? Pues solo si se consigue vivirlo con otros escritores y si esos otros escritores también están escribiendo mientras uno mismo está escribiendo, hazaña imposible de lograr sin que nos pongamos de acuerdo.

Pues bien, en NaNoWriMo, miles de escritores se han puesto de acuerdo para escribir al mismo tiempo su propia historia. A la vez que escriben, reportan sus avances o sus atascos, sus sensaciones de triunfo o de preocupación, sus desvíos o sus aciertos. La experiencia, de tan solitaria, de pronto se vuelve colectiva, incluso más: se vuelve solidaria. Ya ningún escritor está solo. Ninguno tiene que tragar amarguras o vivir triunfos de escritura en soledad. Ya puede compartirlos, recibir consejos o palabras de aliento, sentirse acompañado en una aventura por la que siente pasión.

Y es eficaz. No importa si realmente uno es fluido o si se atasca todo el tiempo: con el compromiso de NaNoWriMo pendiendo sobre la cabeza, uno se obliga a continuar, a concretar, a avanzar, de tal manera que cuando se da cuenta, ya ha cruzado la línea de meta o ha terminado la historia.

Así, pues, digo y repito que fue una experiencia interesante, única. Y quizá la repita en el futuro. =)

2 comentarios:

Begoña Argallo dijo...

Mi pregunta sería si es un sitio web al que uno se apunta y en el que comparte lo escrito. O es un lugar donde intercambiar los avatares diarios surgidos de relatar una historia.
Me parece una hazaña admirable la de comenzar y terminar una historia. A mí me pierden las dudas y distracciones :S
Saludos


Laura dijo...

Hola, Begoña =)
Te aclaro: no es una web para compartir las historias en sí. de hecho, ellos mismos advierten que uno ha de escribir su novela en su propia computadora, en su propia máquina de escribir o incluso a mano. Es deber de uno llevar la cuenta del número de palabras por día y solo hacia el final, uno remite el texto a un contador automático que verifica el número de palabras para saber si uno realmente ha alcanzado las 50 mil del desafío. Algunos autores, especialmente desconfiados, remiten el texto completo con algunas letras cambiadas (por ejemplo, cambian todas las A por una N o un símbolo), pero ellos aseguran que el texto remitido es destruido automáticamente por el sistema luego de contabilizar las palabras. Por eso uno debe conservar su propio original consigo. ¿Premios? Solo morales: la satisfacción de haber finalizado una historia completa y el haberlo hecho en un tiempo récord.

¿Qué sí se comparte?: las experiencias. Sigues los foros, comentas tus malas o buenas experiencias, pides consejos, das consejos, etc. Algunos autores españoles abrieron una página en Facebook llamada NaNoWriMo Spain y ahí comentan de manera asidua sus avatares. =)

Si tienes la oportunidad de participar en una experiencia así, creo que la encontrarás reconfortante. =)

Saludos.