3 de octubre de 2011

Documentarse para una novela: ¿es en serio?

Hace poco seguí una discusión en un foro literario sobre lo que determina la "calidad literaria" de una obra. En el hilo hubo intervenciones muy interesantes y otras muy desafortunadas, y al final derivó en otra cosa (por lo que fue cerrado), pero a mí me llamó mucho la atención cuando alguien mencionó que un buen libro ha de tener como mínimo una buena documentación, es decir, ha de saber de qué habla, y que todo libro exitoso tiene al menos "carisma".

Alejándome del "carisma", que siempre resultará muy difícil de explicar, me centraré en la "documentación". ¿Acaso es importante que todo libro esté documentado? Parece evidente en algunos géneros literarios, como la ciencia ficción o la novela histórica, incluso parece lógico en una novela negra o en una obra "basada" en la vida real, pero ¿quién dijo que la fantasía, el romance, y las novelas realistas necesitaban documentación? Estamos hablando de literatura, de obras ficticias, de escritura creativa. No estamos hablando de tratados sociológicos, o estudios antropológicos, o ensayos que analizan y estudian alguna problemática en particular. El tema de la "documentación" en una obra literaria puede sonar en verdad exagerado.

¿O no? Depende de qué es "documentación" en una obra literaria y cuánta información necesitemos ver desplegada para considerarla "justa". En mi caso, creo que la documentación se refiere principalmente a que el autor cuenta su historia basado en información que conoce, comprende y sabe manejar. No se refiere a que tengamos que exponer todo un tratado de plantas medicinales, por ejemplo, si estamos contando la historia de un explorador que se encuentra con una tribu en el centro de la Amazonia y cae enfermo o algo así. El tratado estaría de más, afearía la historia y hasta la expondría al abandono por parte del lector. Así que la documentación se refiere a algo más elemental.

He pensado en dos ejemplos.

Uno es Isaac Asimov. El otro es Agatha Christie.

Ninguno fue un gran escritor. No sabían desarrollar ambientes con muchos elementos (Asimov lo intentó en sus últimos años), ni dibujaban personajes complejos (con alguna que otra excepción). Su estilo era plano, directo. No había desarrollo de metáforas, ni planteaban tampoco grandes temas existenciales. En realidad, se movían en planos bastante simples con una idea conductora de cada historia. Sin embargo, lograron una aceptación más que notable en el público lector y por muchos, muchos años, más si se piensa en algunos actuales escritores de best sellers, a quienes aún siguen superando.

De hecho, lo hicieron mejor que esos típicos best sellers pues no necesitaron basarse en una saga o en un personaje único para lograr vender millones de ejemplares. No tuvieron tampoco que describir tremendas escenas de sexo explícito, violencia brutal o grandes batallas, todo lo cual permaneció ausente de sus historias hasta el final. No necesitaron tampoco escribir historias pegajosas de amor entre seres sobrenaturales y humanos ni tuvieron que presentar héroes grandotes y superpoderosos para lograr su cometido. Su éxito no estuvo en uno o dos títulos sensacionalistas, pues no tocaron temas sensacionalistas, ni estuvo basado en una sola novela grandiosa que pervivió por generaciones. Su éxito fue de décadas. Y sigue resonando hoy en día. ¿Por qué?

Alguien me dirá: porque sus libros eran sencillos y la gente común adora los libros sencillos. Y yo contestaré: Quizá, aunque hoy en día abundan los libros "sencillos" y sin embargo, sus autores no logran el eco que ellos dos lograron. Otro me dirá que es porque ambos se movían en géneros literarios que mueven masas. Y yo contestaré: ¿en serio? ¿La ciencia ficción? ¿Las novelas policíacas? Bueno, quizá estas últimas son más populares que las de ciencia ficción, pero lo que se dice "masivo"... no, hasta Millenium.

Entonces, si ambos fueron mega exitosos sin sexo, sin violencia, sin súper galanes, sin conmovedoras historias de amor, sin grandes batallas, sin grandes ideas filosóficas, sin vampiros, sin hombres lobo, sin sensacionalismos baratos pseudohistóricos, sin grandes misterios de la humanidad, sin conspiraciones que se remontan a los tiempos de Jesucristo, ¿cómo lo lograron?

Yo pienso, humildemente, que fue debido a su notable manejo de la información básica de sus historias. Sabían de lo que hablaban y se manejaban con soltura en su medio. Es decir, estaban bien documentados.

What?

Asimov era un doctor en química, y científico. Tenía grandes conocimientos de matemática y física, pero también investigó mucho sobre la historia de la humanidad, sobre lo que llevó al ascenso y caída del Imperio Romano y de otros imperios. Estudió mucho sobre muchos temas científicos y hasta los divulgó. Cuando describe entonces sus imperios galácticos, el comportamiento de las masas humanas ante los grandes eventos históricos, cuando describe las posibilidades de la tecnología en el desarrollo de nuevas máquinas, como los robots, no lo hacía desde la ignorancia y la ingenuidad de un tonto. Lo hacía con conocimiento de causa, lo que volvía tremendamente verosímiles sus historias, y muy carismáticas también. Quien lee a Asimov puede sentir que la base sobre la que descansa su historia es sólida. Incluso cuando esos conocimientos ya han sido superados, puede uno advertir que sus historias siguen siendo muy sólidas.

Christie fue enfermera durante la I Guerra Mundial, trabajó de cerca en farmacia, cuando los farmacéuticos tenían que saber preparar los medicamentos y otros preparados en sus propios laboratorios, es decir, cuando aún no había grandes compañías farmecéuticas dominando el mercado de drogas. Ella sabía sobre venenos, y esa información le permitió narrar historias de asesinatos con un tremendo conocimiento de causa. Además, sus historias se desarrollaron en escenarios que ella conoció muy bien y de primera mano, por lo que nada en ellas resulta inverosímil. Incluso algunos de sus personajes se basan en una forma o en otra, en gente que ella conoció, pues son terriblemente corrientes. Y cuando se atrevió a un escenario desconocido, investigó (como cuando contó una historia de muerte y misterio en el antiguo Egipto).

Entonces, ¿qué podemos aprender de ellos? No su estilo ni su filosofía, sino su magnífica seriedad en el oficio. Se tomaban la escritura como un trabajo que se hace bien, en serio, no como un divertimento banal ni se consideraban tan geniales como para escribir de aquello que no conocían ni tenían idea. Sí, incluso Asimov, pese a su vanidad.

Por tanto, ¿hay que documentarse para escribir una historia? Sí. Aunque sea un romance contemporáneo, si no conoces algunos aspectos de tu historia, serás serio en tu oficio si tienes la decencia mínima de investigarlos, antes de salir con un mamarracho que despreciará cualquier lector que se te aproxime.

Ser serio no significa ser aburrido. Ser serio significa tener la consideración de que otros leerán tu historia, es decir, que dispondrán de su valioso tiempo para dedicárselo a tu obra. Lo menos que puedes hacer es estar a su altura.

17 comentarios:

Pasajes románticos dijo...

Es un tema complicado pero muy interesante xDD
Como has dicho en obras de ciencia ficción y sobre todo históricas yo si que considero que el documentarse es "obligatorio". Pero aún así hay autores que se toman sus licencias y te las explican en la parte final del libro, me parece bien.

Hay otras veces que los autores se documentan tantísimo (sobre todo en histórica) que la obra es tan aburrida que es imposible leerla xD

En cuanto a fantasía y romance no considero necesario el documentarse. Aunque todo tiene sus excepciones.
Hace nada leí una novela romántica histórica donde el lenguaje empleado era actual! Y te juro que me chafó la historia totalmente. Para mi fue un claro ejemplo de que la autora no se había documentado para nada, y si me apuras no se había leído una novela romántica historica en su vida.

Vaya, resumiendo, que todo en su justa medida xDD

Un saludo
Dácil

Laura dijo...

Pues sí, al final me das la razón. En un pasaje de una serie de televisión, una escritora critica en el libro de un colega el que se describa a un personaje usando una determinada prenda. El libro es una historia perfectamente contemporánea e incluso romántica, pero el detalle observado echaba a perder la verosimilitud de la historia, por la sencilla razón de que ese personaje en esa ciudad, con esas características, no habría usado esa prenda jamás. Ella era de la ciudad en cuestión y conocía muy bien las costumbres y actitudes de sus conciudadanas. Él no, y era evidente que no se había "documentado". Así va el tema...
Saludos, Dácil, y gracias por pasarte por aquí =)

Tio Antonio dijo...

A veces se pasan. Julio Verne, por ejemplo, se pasa gran parte de sus libros, documentándonos. Otro libro como "Arde París" te enredas un poco cuando te habla de los alemanes. Que si el "unterofficier" le dijo al "obbergrüppenfuhrer" que el "generalfeldmarschall" le contó....

El que sí me gusta, es Conan Doyle. Ese encuentra el equilibrio de sus descripciones con Sherlock Holmes. Gracias a él, ya sé que en su tiempo la caballería ligera era muy afamada. "Watson, éste caso lo dejo para la caballería ligera, porque yo no le veo solución".

Creo que el culpable de éstos desajustes la tiene el propio autor, que es el que debería poner en la contraportada para qué clase de lector va dirigido el libro.

Saludos.

Laura dijo...

El equilibrio es fundamental en prácticamente todo. Los desbalances suelen traernos más problemas que soluciones. Siempre habrá excepciones, pero la regla general es acertada. =)

Ángeles Pavía dijo...

La documentación es básica, escribas lo que escribas. Hablas de su falta de necesidad en obras de fantasía o acción. Pero aquí también es necesaria, ya que toda novela, aunque nos hable de magia, debe ser creíble. Me refiero a detalles como que un tío maneja la espada con una cuchillada en el brazo, o una tía ande 200 km con un tobillo roto, como leí en cierta ocasión. Eso son errores de falta de documentación. También, aunque sea fantasía, si la ambientas en un lugar geográfico real, tienes que respetarlo. No puedes situar el Rin desembocando en el Adriático, ni el lago Victoria a dos jornadas de Alejandría. Si a ambientas en una época concreta, como por ejemplo la antigua roma, no puedes poner que comen patatas y tomates. A eso es lo que yo llamo documentación aunque sea fantasía y que no puedes dejar de tener en cuenta.

Germán Hernández dijo...

Parece de sentido común, ¿verdad? pero no siempre es tan obvio. Creo que pones los puntos sobre las ies y los ejemplos que pones, Asimov y Christie son elocuentes.

Nadie puede escribir sobre otra cosa que no sea su pequeña parcela de realidad. Es decir, su subjetividad, la cual es como una alacena llena de ingredientes, en algunos casos son más existenciales y experienciales, en otros casos se le sazona con investigación y academia (en el buen sentido) y la ficción crece como una especie de levadura, lo maravilloso es cómo un dato histórico, científico, tan solo uno, puede transformarse en otra cosa, fusionarse con la ficción hasta desaparecer y dar lugar a otra cosa completamente nueva y plausible.

Laura dijo...

Ángeles: Estamos de acuerdo. Por eso puse el ejemplo de una novela romántica contemporánea, que es uno de los casos en los que la gente (es decir, los escritores) suele creer que no se necesita documentación. Igual sucede, sí, con la fantasía (no es cierto que le quepa "todo" de cualquier manera) y con las novelas realistas contemporáneas.
Germán: Exactamente, pero vos lo dijistes mejor que yo. =)

Sergio Arroyo dijo...

Yo no creo que sea lo mismo la documentación que la experiencia de vida. Si fuera así, la gente diría que Primo Levi se documentó para escribir Si esto un hombre y es claro que no es así, es claro que él vivió de primera mano el horror de Auschwitz. Asimismo, algunas de las cosas que dices sobre Asimov, héroes con poderes sobrenaturales y sagas no es exacto; pero eso no viene tanto a cuento.

¡Saludos y a seguir adelante con el blog!

El mío es sarroyom.blogspot.com

Laura dijo...

Hola, Ornitorrinco: Estamos de acuerdo con que "documentarse" no es igual a tener experiencias de vida, sin embargo, tener experiencias de vida e internarlas a tu cúmulo de conocimientos es parte de un proceso muy similar a la documentación seria. Basar una historia ficticia en conocimientos auténticos es una de las más evidentes y obviadas recomendaciones que se le hacen y deberían asumir los escritores. Muchas historias, con buenas ideas argumentales, se echan a perder porque el autor o bien lanza conocimientos intelectuales sin ton ni son o simplemente las estructura sobre una base débil.
También hemos de diferenciar las novelas y los relatos, que son géneros ficticios, de las autobiografías o los ensayos biográficos. Si estás contando una historia verdadera basada en una experiencia de vida, pues solo necesitas tener habilidad narrativa. Pero si lo que vas a hacer es construir una historia ficticia, debes asegurarte de que los conocimientos sobre los que se basa sean precisos y certeros, sea que los hayas obtenido porque los has vivido y has sabido internalizarlos, sea porque los hayas investigado y por tanto tengas una base documental amplia y detallada. A eso me refiero con documentación.

No tengo idea de a qué te refieres con lo de Asimov.

Germán Hernández dijo...

¿Somos lo que vivimos y lo que leemos?

Creo que lo que más se aprecia en una buena novela histórica, o de ciencia ficción, o cualquier otra en que el autor haya recurrido a un sincero examen de la cuestión e investigación, es que ese arduo trabajo documental se fucione tan sutilmente con el trabajo ficional que no sintamos que estamos leyendo un texto académico, que los ficcional y lo documental sean una cosa indivisible... pausible.

Laura, sobre lo que escribiste: "Si estás contando una historia verdadera basada en una experiencia de vida, pues solo necesitas tener habilidad narrativa". Ups! Esa es la cuestión en todo caso, tener habilidad narrativa! Lo menos frecuente a veces... aunque no hay que darse por vencido... ;-)

Laura dijo...

=) Supongo que debo aclarar ese "solo", ¿no?
Para poder escribir una narración, hay que tener habilidad narrativa y pienso que es el presupuesto básico, para todo tipo de narración, ficticia o no. Aparte de esto, lo que digo es que el segundo requisito, que viene detrás de la habilidad narrativa, es el "saber de lo que uno habla". Si lo que vas a hacer es contar una historia contemporánea que sucede en tu barrio, pues no tendrás que investigar mayor cosa sobre éste, porque forma parte de tu experiencia de vida y suponemos que si la has internalizado bien, eso se notará en tu narración. Pero supongamos que, a pesar de ser una acción que transcurre en tu barrio, quieres situarla en el pasado histórico. Necesariamente, aunque hayas vivido toda tu vida en ese lugar, tendrás que documentarte: tendrás que investigar cómo vivían las personas antes, qué negocios existían, si existían algunos, qué acontecimientos políticos rodearon ese tiempo, etc. Si no lo haces, por mucha experiencia de vida que tengas del lugar, la falta de documentación echará a perder tu historia.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Desde mi experiencia considero que cada autor expresa su propia magia al elaborar una novela o cuento maravilloso.
La construcción de una historia, sea cual sea el género, es de por si bastante compleja y requiere de muchos elementos.
Si se trata de una novela histórica, creo que la documentación si es necesaria como elementos directrices del contexto que estamos tocando, pero no como elemento principal en el que se desarrolla toda la historia. Es la interacción de hechos reales con la imaginación.
En la fantasía y el romance, me parece que la exigencia del autor es mal alta en tanto el único elemento director en la historia es su mente. Crear mundos fantásticos debe ser hasta agotador.
En la ciencia ficción si, pero dependiendo si va utilizar tecnicismos de determinado campo e la ciencia (física, química, matemática, ect.)
En resumen, creo que todo depende de el autor y como abre su mente, el nivel de complejidad que al que desea llegar. Recordemos que hay público para todos y de todo tipo.
Saludos.

Mercedes.

Mike dijo...

Recuerdo una vez que charlé con un tío mío sobre escritura, y me habló de su experiencia personal con Dan Brown. Me dijo que "Su historia es una caca, una completa caca; pero la forma en la que expresa las cosas te atrapa, y por eso es tan bueno". Me acordé de eso leyendo esta entrada.

De casualidad, ¿tendrás consejos para mejorar la narrativa? Sería de gran ayuda :3. Es difícil hallar buenos críticos hoy en día.

Laura dijo...

No me considero una crítica literaria. A veces opino sobre lo que leo y puede leerse así, como una opinión personal. Un escritor que sí funciona muy bien como crítico, pues también para ser buen crítico hay que saber documentarse y haber leído mucho de muchas cosas es Sergio Mars, que suele colgar sus reseñas y críticas en su blog, Rescepto Indablog (rescepto.wordpress.com). Te recomiendo su lectura, no tanto porque leas o hayas leído lo mismo que él (que no sé) sino para que examines lo que critica y lo que no en un escrito.

En cuanto a la habilidad narrativa, pienso que, de mi parte, lo más sensato que puedo recomendarte es leer mucho y prestar atención a lo que hacen los narradores más populares, pero también escribir mucho y ofrecer tus escritos a diversos lectores, y registrar su reacción.

Un consejo que leí una vez de parte de un crítico extranjero es que para narrar es preferible mostrar antes que contar. Es decir, en vez de decir que "Juan es un tipo listo" es mejor hacer que el lector descubra por sí mismo que Juan es un tipo listo mediante las acciones directas de Juan o lo que Juan dice en determinadas circunstancias. Exige más del escritor, pero también expone mayor habilidad narrativa y engancha de mejor manera. Yo he cometido muchas veces el error (de novato) de explicar mucho sobre sentimientos y acciones de personajes y es solo ahora que intento mejorar ese aspecto de mi escritura. (Vamos, que todos estamos en lo mismo...)

Juan dijo...

Hola

Aunque llego un poco tarde, el tema es interesante y algo quiero decir.

Considero que la documentación es fundamental en cualquier narración. La fuente puede provenir de tu experiencia personal o de lo que hayas leído o conozcas. Si yo escribo una novela ambientada en la ciudad donde vivo y en mi época actual, el esfuerzo de documentación será mínimo, pero existirá. En novela histórica, la documentación será muy dura. Pero hay dos géneros donde la documentación debe ser muy buena, pero es muy difícil: la fantasía y la ciencia-ficción.

Empezando por la ciencia-ficción, los conocimientos de física (especialmente) que hay que tener deben ser elevados. Si, además, tratas tecnologías que tengan que ver con la biología, la química, las matemáticas, debes tener conocimientos de esas ciencias. La física siempre está ahí, porque establece leyes naturales muy generales que te llevan a meteduras de pata si las olvidas. Da igual que la química que usas en tu novela esté descrita de maravilla, como te olvides de cosas como la ley de acción y reacción, la conservación de la energía... Lo malo es que, aún siendo físico, llegarás a plantearte si algo que aparece en la trama es científicamente posible o no... ¡y puede que los mejores expertos tampoco te lo puedan confirmar, porque es algo que no se sabe! Hay grandes novelas en las que te encuentras fallos de este estilo.

En fantasía épica, algo muy usado (y que a mí me apasiona) es basar tu mundo en una época histórica concreta. Pero eso tiene un inconveniente enorme. Una cosa que me ha pasado a mí en un experimento literario, como ejemplo. Ambiento en el Renacimiento, pero en un mundo que no es la Europa del siglo XVI. Me planteé la higiene de los personajes y, claro, me puse a documentarme. En esa época el agua para la higiene personal no se usaba apenas. Sin embargo, hasta el siglo XV más o menos, seguían existiendo baños públicos, siguiendo la tradición romana y medieval. Se dice que este "odio" al agua se debió a que, durante la Peste Negra, se creyó que el agua y los baños públicos fueron los culpables de propagar la enfermedad. Ahora bien, en mi mundo no existió la Peste Negra, y los enemigos de la Humanidad no soportan el agua (y esto último fue del todo casual). Entonces, ¿cómo se sostiene que esa cultura no guste mucho más de usar un líquido tan benéfico? O sea, no te puedes limitar a describir cómo eran las cosas en la época, sino que has de preocuparte de los orígenes históricos de tales cosas.

En fantasía épica, además, existen una serie de tópicos falsos que están tan extendidos que si escribes historias que los contradigan, el lector piensa que lo estás haciendo mal. Por ejemplo, poner personajes que usen armas tan pesadas que la gente "normal" no las puede usar (y en especial, la frágil damisela que apenas puede levantarla). Eso carece de sentido, ya que las armas medievales estaban diseñadas para ser usadas durante horas, y eso es imposible hacerlo con una espada de 4 kilos. Para usar una espada medieval hacía falta entrenamiento y habilidad, y si eras fuerte dabas golpes más duros, pero cualquiera las podía blandir (las damiselas también).

Un saludo.

Juan.

Laura dijo...

Hola, Juan. Gracias por tus comentarios. Expresas con muy buenos ejemplos de lo que estamos tratando en esta entrada. =)