18 de junio de 2010

Lecturas "obligatorias"

Esta mañana leí en uno de los principales diarios de mi país una noticia de antología: "El MEP (Ministerio de Educación Pública) retiró Don Quijote de la lista de lecturas obligatorias para secundaria, además de otros títulos...". Me quedé de una pieza. ¡El Quijote ni más ni menos! A partir del próximo año (infortunados los de este), nuestros brillantes alumnos de último año de secundaria no tendrán que leer la segunda parte del Quijote, mientras que la primera pasará a engrosar la lista de lecturas "optativas". ¿Por qué? Pues el responsable del MEP ha dicho que prefieren integrar en la lista libros de los cuales los estudiantes "se enamoren", y no lecturas díficiles que se les hacen aburridas y que de todas maneras ni leen. ¡Guau! Resulta que como los chicos de 16 o 17 años "no están leyendo" lo que de por sí era obligatorio, vamos a complacerlos retirándoles el aburrido y difícil Quijote y a sustituirlo por lecturas más fáciles que a ellos puedan gustarles. ¿Objetivo declarado del Ministerio? Fomentar el gusto por la lectura.

¿Tendrán razón?

Me quedé pensando y sigo pensando y de alguna manera, aunque comprendo (quizá) las razones expuestas, la decisión sigue sin parecerme acertada. Más bien me parece que han optado por facilitar (una vez más) la labor educativa de los estudiantes, en vez de desafiarlos para que exploten su inteligencia. O quizá lo que está haciendo el Ministerio es facilitarles las cosas a los maestros, quienes posiblemente nunca se habrán leído el Quijote y no tienen ni las agallas ni el corazón ni los conocimientos para introducir semejante lectura a sus díscolos alumnos. ¿Cuál podría ser la intención verdadera? Entretanto, me pregunto... ¿es preciso confeccionar estas listas, después de todo?

¿Deben existir lecturas obligatorias? ¿Solucionan en verdad nuestro grave déficit profesional-intelectual? ¿Contribuyen a fomentar el nivel de lectura, de cultura, de educación y por tanto, de prosperidad de un pueblo? ¿Funcionan?

¿O sólo son una pérdida de tiempo?

Se habla mucho de que la educación está por los suelos. No sólo en mi país, sino en general en muchos países latinoamericanos, en la América del Norte y aún en muchos países europeos. Y que muchos profesionales actuales están a medio formar, con un grado de ineficiencia tan alarmante que no sorprende por qué nuestros pueblos no prosperan: no hay buenos ingenieros, no hay buenos científicos, ni hay buenos políticos. En general se dice que los maestros están medio formados, que los estudiantes de secundaria se gradúan apenas sabiendo escribir su nombre y el grueso de la población puede ser considerada inculta. Que hay que mejorar la educación.

Un arma es la enseñanza adecuada de la matemática. La otra es la enseñanza adecuada del idioma materno: hay que leerlo bien y escribirlo bien, si queremos que nuestro cerebro obtenga el grado de desarrollo adecuado para desempeñarnos como personas educadas (no me refiero a los modales) y cultivadas. Ambas armas, bien aplicadas, garantizaría altas cuotas de prosperidad futura, no sólo de la sociedad de un país sino del mundo entero. Por eso hay que insistir en que los niños lean, para que comprendan y sepan aplicar lo que aprenden.

¿Insistiendo en lecturas obligatorias se lograría? Yo pienso que sí. Pienso que es importante que las escuelas y no sólo los padres impongan a sus estudiantes la necesidad de leer.

¿Qué tipo de lectura? Pienso que cuanto más fácil y masticado le demos el alimento a un niño, menos fuertes serán sus dientes. En otras palabras: hay que saber plantear desafíos. Vamos, que los chicos no son tontos. ¿Por qué esforzarse por hacerles las cosas fáciles? Que lean bien lecturas que desafíen su inteligencia.

Pero, me dirán, ¡si no las leen!

Humm... ¿No es mejor preguntarse primero por qué no las leen? ¿De verdad es que son "aburridas y difíciles"? ¿No resulta una respuesta fácil también? ¿E imprecisa? Pues claro que es posible que para algunos sean lecturas aburridas, pero... ¿para todos? ¿Tan uniformes son los gustos? No diría tanto. Pienso que la respuesta verdadera es un poco más complicada. No creo que el Quijote no sea leído porque es difícil o aburrido y ya. Pienso que el problema está en el planteamiento de lectura desde el principio. Es decir: el error es imponerles una lectura que está en el programa sólo porque está en el programa y obligarlos a "analizar" la lectura según lo comanda un libro de texto cualquiera. ¡Así cualquier lectura se vuelve aburrida de principio a fin, sea fácil o difícil, sea Harry Potter o sea el Quijote!

El problema es que los maestros que supuestamente deben inculcarles el amor a la lectura a sus alumnos no leen. Y no lo hacen porque no lo disfrutan. Y lo mismo ocurre con los padres de familia. ¿Cómo esperas inculcar el gusto por algo a alguien si a ti mismo no te gusta? ¡No hay manera! Dejémonos de hipocrecías y de facilismos: los chicos de secundaria no leen el Quijote porque ni sus padres lo leyeron ni sus maestros tampoco. Y no lo hicieron y no lo hacen porque ellos, los adultos, no disfrutan de la lectura. Prefieren el televisor, prefieren la charla vacía, prefieren cualquier otro pasatiempo antes que dedicar parte de su vida a un libro al que miren con placer.

¿Lecturas obligatorias? Sí, claro. Pero primero, autoimpuestas por los adultos mismos. Luego... entonces, sí, pidámosles a nuestros chicos que las lean, que las juzguen (con libertad) y que las discutamos abiertamente. Incluso si no les gusta o les aburre. ¡Allí empezará una verdadera aventura, sea con el Quijote o con Alicia en el País de las Maravillas!

9 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

De acuerdo con vos. Los estudiantes no leen por múltiples razones, y una de las primeras es que los adultos tampoco.

Luego, el probelma no es la tele o Inernet. Lo que debemos hacer es fomentar el aprendizaje de estos medios. Es decir, un estudiante tiene que estar en capacidad de enfrentarse a un libro, a un programa, a una pelíucla o la información de la red. Son códigos con los que convive y debe tener las herramientas para entenderlos.

El MEP va mal, y va mal porque quiere, porque es muy evidente cuál es el problema, pero prefieren ubicarlo en otro lugar.

Bueno, sobre esto algo dije en mi blog.

Saludos

A.Moreno de Alborán dijo...

Estoy de acuerdo en quitar el Quijote y otras obras antiguas en edades tempranas, pero no en un primero y segundo de bachiller.

Lo que hay que hacer es fomentar la lectura con libros fáciles y divertidos desde el primer año en que el alumno sabe leer. Y ponerles un examen que, en los primeros años, sea lo suficiente fácil para que la mayoría saque un diez si se lo ha leído (de esta forma también se fomenta el estudio). Conozco profesoras estúpidas a las que les cuesta poner un diez, cuando el diez significa la culminación máxima de su trabajo. Por eso, lo importante, es que el alumno obtenga una recompensa que le incite a leer más.
El Quijote: cuando el alumno ya disfrute leyendo.

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Considero que es lo opuesto. El problema es que los estudiantes leen obras simplonas desde los 6 a los 16 años, entonces no han desarrollado capacidad de nada. Llegan y se enfrentan con una obra compleja y no tienen ni las herrameintas ni el vocabulario ni nada.

Saludos

Laura dijo...

Hola, Asterión, hola, Ana
Lo de incitar la lectura en los primeros años mediante libros "fáciles" podría estar bien, si no fuera por algunos peros:
En nuestros días, no hay ninguna lectura en los primeros años. Así como suena. Ninguna. Ni fácil ni difícil ni nada. Los chicos no son conminados a leer nada sino es hasta el cuarto grado, cuando ya tienen 10 años y se han acostumbrado a mantenerse alejados de los libros de placer.
Luego, no creo que haya libros "fáciles", sino "adecuados". No es lo mismo leer a los 6 años que a los 8 o que a los 12. Si le das un libro adecuado para 8 años a un chico de 12 se aburrirá y si haces lo contrario el de 8 se frustrará. Hay que saber escoger las lecturas y para eso debes ser un buen lector y un maestro preparado, lo cual no abunda.
Para empeorar las cosas, hoy en día ni siquiera hay bibliotecas en las escuelas. No hay familiarización con la lectura para los niños.
Y finalmente... no sé, pienso que aproximarse a la lectura de placer no implica el uso de evaluaciones típicas. Pienso que para ese rubro, aún a los 17 años, sería mejor otro tipo de evaluación, más interactiva y participativa, que fomente la discusión y la expresión de ideas más que el simple barómetro de lectura dócil.

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Por supuesto, las evaluaciones deben ser diferentes. Jamás los típicos exámanes. Pero una vez más, los profesores prefieren aplicar preguntas de machote, rellenan y cumplen el requisito. Así evitan pensar.

Saludos

Begoña Argallo dijo...

Eso de lecturas adecuadas me interesa, meterme de cabeza a escribir me ha dejado bastante llena de historias propias y apenas consigo leer gran cosa.
Admito consejos de buenos libros para ser mejor escritora. Creo que este blog estará lleno de ellos, comienzo a leer.
Saludos desde Días de lluvia.

Laura dijo...

Hola, Begoña. En realidad, creo entender de lo dicho por numerosos escritores de calidad que leer es un acto más que placentero necesario, pues es como el combustible que deben introducir al cuerpo para ayudar a procesar las ideas. Eso significa que aún con mayor razón que los lectores comunes, los escritores deben destinar parte valiosa de su tiempo a leer, sea ficción o no, pero mayormente ficción, si son acaso escritores creativos. ;)

En cuanto a lecturas adecuadas, siempre lo serán, en mi humilde opinión, aquellas que potencian nuestro arte: siempre de primero las grandes lecturas de nuestra Literatura, y seguiditas las otras escritas en otras lenguas pero que fueron la cuna de grandes ideas. Más humildes, después, las lecturas que te ayuden a procesar las ideas, aquellas enmarcadas en el género que cultives: si escribes novela histórica, pues es bueno leer buenas novelas de ese género, si escribes LIJ, pues adelante con títulos de alta calidad en LIJ, si escribes poesía, pues con los grandes poetas tienes una cita :)

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Laura, lectura obligatoria no significa que lo lean de cabo a rabo, a regañadientes. En mi juventud no hace tantos años, la lectura obligatoria consistía en leer un recopilatorio de clásicos y actuales; no el texto completo, sino un par de capitulos, que se leían en varias clases terminados siempres en un "Continuará". Así nos abrían el "apetito" por seguir leyendo más y más.

Leias a Cervantes, a Stevenson, Salgari, Saramago.... y al final, te gustaba leer.

Gracias por pasarte por mi Blog, un saludo.

Laura dijo...

Hola, Blas, un gusto encontrarte por aquí.
Pues tu manera de leer "obligatoriamente" suena estupenda. El problema por aquí es que ni de esa manera ni de ninguna agradable se emplea para hacer que los chicos lean... :(